Esta semana se reveló que la Alcaldía de Daniel Quintero ha usado su “fondo fijo reembolsable” —una caja menor— en buñuelos, panes, carnicerías y para comprar millones en licor. Horas después, empezaron desde allí una estrategia de respuestas bajo el hashtag ElPoderDeLaVerdad que obtuvieron miles de interacciones, pero un gran porcentaje de ese supuesto diálogo fue falso, pues la base de seguidores de Quintero respondería a patrones de cuentas falsas o bots.
En gran medida, el alcalde de Medellín tiene una predilección por Twitter. Sus ruedas de prensa son casi nulas, nadie conoce su agenda pública, no se le ve en recorridos por la ciudad, así, hizo de esa red social su plaza pública, su único lugar de interacción; tiene 1 millón de seguidores y 3.830 seguidores, cifras que más de uno envidiaría, pero que en realidad están paradas sobre viento.
Una firma internacional que vigila los derechos digitales de las audiencias, entre ellos el derecho a recibir la verdad por cuenta de los funcionarios públicos, hizo un análisis forense de la cuenta de Twitter de Daniel Quintero con aplicaciones como NexVision, TheHarvester, SpiderFoot, Creepy, TweetDeck y Babel Street, las cuales revelan con un análisis de comportamiento de cuentas de redes sociales y utilizando Inteligencia Artificial que tan verdadera es la popularidad de un usuario o si está inflando sus datos, este último punto parece ser el caso de Quintero.
Para la investigación usaron las técnicas Osint (Open Source Intelligence), que usa herramientas para recopilar información pública, analizarla y correlacionarla para que las audiencias puedan entenderla, y SocMint (Social Media Intelligence), que es una inteligencia para “recoger, integrar y compartir grandes cantidades de información obtenidas de las redes sociales”. Es decir, se usaron los métodos necesarios para poder llegar a conclusiones de cómo el alcalde de Medellín usa sus redes sociales que son su manera predilecta para comunicar sus decisiones públicas a los ciudadanos.
Las aplicaciones antes nombradas clasifican los seguidores de una cuenta. Pues bien, se encontró que el 63,5 por ciento de los seguidores de Quintero —unas 635.000 cuentas, de 1 millón que tiene— son cuentas falsas, inactivas o tienen actividad automatizada, es decir, que serían manejadas por un programa digital y no por una persona.
Además, el 3,4 por ciento de los seguidores son falsos o “malos”, lo que quiere decir que son totalmente automatizados o simplemente están allí para hacer vuelto, para aumentar el número de supuestos interesados en los contenidos de Daniel Quintero.
Los seguidores normales, que son legítimos, pero no necesariamente activos, están en el 31,9 por ciento. Y sus seguidores de alta calidad —cuentas activas que interactúan—, solo llegan al 1,2 por ciento.
Una de las conclusiones del estudio es que “gran parte de los seguidores de @QuinteroCalle corresponden a cuentas falsas y bots. Estos son utilizados estratégicamente para inflar de manera engañosa el recuento de seguidores de @QuinteroCalle, y propagar de manera artificial la (des)información proveniente de dicho perfil”.
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Aunque pareciera un asunto menor, quizá replicados por otras decenas de cuentas políticas, influenciadores, organizaciones y empresas, se trata de un tema sumamente delicado. Pues esto revelaría que el Alcalde de Medellín usa redes de bots —programas que simulan usuarios reales— para inflar de manera artificial las interacciones de sus publicaciones “incluyendo retuits, respuestas, menciones y hashtags, con la finalidad de potenciar engañosamente su nivel de compromiso y participación en la plataforma”.
El asunto aquí a subrayar es que Quintero así amplifica sus peleas políticas, sus narrativas alrededor de temas como Hidroituango —el cual aseguró salvar cuando el proyecto se le entregó recuperado en más de un 80 por ciento y con un proceso de Contraloría en marcha que fue de donde provino el pago—, o Buen Comienzo, programa que ha tenido problemas con los maestros, lo psicólogos y que estaba desfinanciado... Es decir, se brinda y amplifica información que puede engañar a la ciudadanía y al electorado.
Pero este análisis va más allá de saber cuántas cuentas tienen toda la pinta de ser un bot. Las herramientas muestran que más del 50 por ciento de los seguidores (501.000 perfiles) de la cuenta de Quintero son totalmente inactivos, lo que indica que son perfiles falsos, detrás de los que no hay personas. Esto arroja una hipótesis: detrás de los seguidores habría una red coordinada. Ya en abril de 2021 se supo que la Alcaldía de Medellín había contratado al estratega política Amauri Venegas Chamorro, quien ha sido señalado de haber creados bodegas de bots en Ecuador para apoyar al gobierno del expresidente Rafael Correa.
Esta gran cantidad de bots ayudan a mover temáticas que favorecen al alcalde, como en tiempos de la revocatoria cuando estuvieron detrás de hashtag #NoMásPersecuciónAQuintero, el cual aún tiene movimiento. Pues bien, la mayoría de cuentas que promueven este tema de conversación tienen comportamiento anómalo, no revelan que detrás hay una persona. Además, tiene la particularidad de que apoyan también al presidente Gustavo Petro, atacan con ferocidad a Federico Gutiérrez o a quienes son críticos con el Alcalde.
Hace algunos años las cuentas falsas se identificaban porque tenían pocos seguidores y solo conversaban de un tema, pero en el caso de Quintero se trata de cuentas —muchas veces— con miles de seguidores pero que no presentan fotos verdaderas, no tienen un nombre coherente o de una persona natural y en sus imágenes no apelan a una relación con la vida real sino con la vida virtual.
Otros puntos que muestran la actividad anómala de los seguidores de Quintero está que en los últimos 12 meses sus interacciones suceden entre las 12 de la noche y las 4 de la mañana, horario en el que la mayoría de usuarios reales están dormidos en nuestro huso horario. También hay otro aspecto relacionado con el género de los usuarios: el 37,3% de los seguidores no tienen un género asignado. Característica comúnmente hallada en cuentas falsas y bots.
Las herramientas también muestran que la mayoría de estos bots están localizados entre Itagüí, Envigado y la frontera con Medellín, conformando un triángulo que sugeriría lugares donde funcionan estas bodegas. Ahora sucede algo particular, son cuentas que están apoyando al candidato Juan Carlos Upegui, primo de la gestora social y esposa de Quintero, Diana Osorio.
En su mayoría, estas cuentas que interactúan tienen nombres que no responden a personas reales y en sus fotos no se puede identificar a una persona. Es allí donde se puede ver que las peleas del alcalde Quintero, sus temas de conversación, sus propagandas son infladas para tener un gran alcance, para propagar un mensaje. Algo de esta estrategia recuerda aquella frase del político nazi Joseph Gobbels: “Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”.