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Oswaldo Osorio
Crítico de cine
Hacer una biografía cinematográfica siempre trae retos, y el principal es no ser muy obvios con cronologías e ilustraciones planas. Antes que director, Sorkin es un reconocido guionista de Hollywood (Red Social, Moneyball, Steve Jobs) y como tal se aseguró de que su película contara con una forma de presentar los eventos de manera diferente, haciendo que el “cómo” fuera tan atractivo como el “qué”.
Y es que lo que contaba ya era bien atractivo de entrada, pues se trata de la biografía de la primera pareja de famosos de la televisión: Lucille Ball y Desi Arnaz, protagonistas de la exitosa serie de los años cincuenta I Love Lucy (1951 – 1957), en la que esta actriz demostró ser una de las grandes comediantes de todos los tiempos. Todo sobre los Ricardos (Being the Ricardos) está interpretada por Nicole Kidman y Javier Bardem y se acaba de estrenar en Prime Video.
La propuesta de Aaron Sorkin, para no hacer otro soso biopic más sobre famosos del espectáculo, fue centrar todo el relato en una sola y crítica semana, esa en la que Lucille Ball fue acusada de pertenecer al Partido Comunista, esto en el contexto de la infame cacería de brujas que se diera por aquella época en su país. En torno a esta semana aglutinó otra serie de asuntos cruciales, como las dudas sobre las infidelidades de Desi, los absurdos tabúes morales de la sociedad estadounidense (como mostrar a una mujer embarazada en televisión), las dinámicas y tensiones al interior de una producción televisiva y el genio cómico de Lucy, que no se limitaba al humor físico sino a toda una concepción orgánica de la comedia hecha para las cámaras.
Adicionalmente, cada situación de esa semana fue pensada para hacer alusión a un momento del pasado y, así, contar partes esenciales de la historia de la pareja. De esta manera, el relato sabe suministrar los acontecimientos vitales más representativos de los personajes y también profundizar en sus conflictos y la naturaleza no solo de ellos sino de su contexto histórico. De esto resulta un retrato lúcido y crítico de unos personajes, un medio y una sociedad.
Hay que resaltar que, como muchas películas de los últimos años, esta se perfila hacia el empoderamiento femenino, pues el éxito y personalidad de Lucy son la excusa perfecta para poner en evidencia la posición de la mujer en esa industria y en la sociedad en general. A partir de esta línea se desarrollan algunos de los mejores diálogos y situaciones de un relato que, insistentemente, está poniendo en cuestión toda una serie de valores –históricos y actuales– de la cultura estadounidense.
Hay que agregar, por último, que ese esquema de “una semana en la vida de... aderezada con flashbacks”, también sirve para concebir un paquete narrativo y visual entretenido y muy variado, pues pone en juego contrapuntos como el color con el blanco y negro, el drama con la comedia y los guiños ingeniosos con la reflexión profunda.