A pesar de su impopularidad, subir el precio de la gasolina parece ser un consenso entre los expertos en finanzas y hacienda pública. Recientemente, Irene Vélez, la ministra de Minas y Energía, declaró que no le hacía mucho sentido ver unas tarifas tan elevadas cuando Colombia es un país productor de petróleo. Y mencionó la posibilidad establecer tarifas diferenciales de acuerdo con cada grupo consumidor.
Sin embargo, el comité encargado de hacer seguimiento a la disciplina financiera del gobierno y a la sostenibilidad fiscal de sus propuestas, conocido como Carf, emitió un concepto frente a este tema y dejó claro su diagnóstico: hay que continuar con la política de aumento de precios de la gasolina.
Aunque esto va en contra del sentir y del querer popular, el organismo experto apuntó que seguir subsidiando los combustibles es incompatible con los objetivos sociales del gobierno y con el plan financiero para cumplir la regla fiscal.
Y para darle sustento a su postura ejemplificó que, para mayo, “el precio de la gasolina al público en Bogotá era de aproximadamente $12.200 por galón, de los cuales $7.300/galón se iban a remunerar al productor o importador y el resto, a remunerar márgenes de transporte y comercialización, contribuciones e impuestos. Los $7.300 que recibe el productor o importador se comparan con un referente internacional cercano a los $11.500 por galón. Lo anterior indica que, dada una demanda promedio cercana a los 6 millones de galones al día, el Fondo de Estabilización de Precios de Combustible (FEPC) acumula un déficit de $30.000 millones diarios por concepto de gasolina”
Vale recordar que el FEPC fue creado en 2007 con el propósito de amortiguar el golpe que representa el costo de la gasolina cuando la cotización internacional del petróleo es muy elevada. Esa disparidad entre lo que paga actualmente el consumidor y lo que en realidad debería estar pagando es la que quiere ajustar el gobierno para subsanar el saldo rojo que en 2022 llegó a $37 billones.
“El caso del diésel es aún más crítico. El diferencial entre el ingreso regulado del productor, $4.600/galón, y el precio de referencia internacional, $13.500/galón, es de $8.900/galón (los márgenes de transporte y comercialización, contribuciones e impuestos para eldiésel suman aproximadamente $4.800/galón). Dada una demanda diaria cercana a los 5,6 millones de galones, el FEPC acumula un déficit de $50.000 millones diarios por concepto de diésel”, subrayó el Carf.
Ecopetrol no puede vender más barato
“Si Ecopetrol vende la gasolina por debajo del precio internacional, se generan menores utilidades y estas menores utilidades implican menores ingresos de la Nación por impuesto de renta y dividendos”, señaló enfáticamente el comité experto.
Además, el organismo sostuvo que la estructura de costos para producir responde a consideraciones internacionales y no locales, “cualquier desfase representaría una pérdida de competitividad para Ecopetrol (...) La pérdida de competitividad en refinación se traduce en incapacidad de sostener las inversiones de capital necesitarías para mantener la infraestructura, mejorar la calidad de los combustibles, y financiar la transición energética”.
En línea con ello, el CARF recomendó “continuar con la política de aumento de precios de la gasolina y empezar con el aumento de precios del Diésel. Esto para disminuir el ritmo de acumulación del déficit del FEPC. Dados los aumentos que se han hecho desde octubre, la Nación se ha ahorrado cerca de $10 billones.
Y añadió que se debe “continuar con la política de pago del déficit del FEPC máximo con un año de rezago: pagar los cerca de $26 billones que se deben de 2022 en 2023, y programar el pago en 2024 del déficit que se está generando en 2023, por cerca de $26 billones”.
Finalmente, sugirió que cuando ya no haya diferencial de precios de los combustibles internos, con los precios internacionales será necesario pensar en otros mecanismos fiscales para compensar a las poblaciones focalizadas e “implementar una fórmula de obligatoria aplicación para que el precio regulado de los combustibles no se vuelva a alejar de forma significativa de sus referentes internacionales”.