Si bien el embarazo es un proceso natural, requiere controles médicos para procurar un desenlace óptimo y existen métodos para identificar de forma temprana algunas enfermedades que pueden complicarse o comprometer la salud del bebé o de la mamá. Pese a que, según datos de Unicef, la mortalidad materna en el mundo decreció un 38 %, aún se presenta y 75 % de ellas son causadas por hemorragias severas e infecciones tras el nacimiento, condiciones como la preeclampsia y la eclampsia, complicaciones en el parto y abortos inseguros.
El ginecólogo y obstetra Jesús Velásquez Penagos, líder de Ginecobstetricia del Hospital Universitario San Vicente Fundación, comenta que la mortalidad materna y perinatal es un tema prioritario en el país y en el mundo, por lo tanto, es vital el control y seguimiento de diferentes enfermedades y las condiciones durante la gestación, “pero otro evento importante es la atención del parto y del posparto inmediato; esto junto a los exámenes es crucial para impactar la mortalidad y evitar secuelas”, añade el especialista.
De esta manera, los hemogramas, es decir, los análisis de sangre y las ecografías suelen ser las pruebas de rutina para cada trimestre del embarazo, e informan sobre el desarrollo del bebé y detectan si hay anemia en la mamá, diabetes gestacional o infecciones virales o parasitarias, como citomegalovirus, causante de la varicela y la mononucleosis, o toxoplasma, responsable de la toxoplasmosis. Además de los básicos, existen otros diagnósticos más especializados como el test prenatal no invasivo, que se realiza desde la décima semana de gestación. “A partir del estudio del ADN fetal, que circula en la sangre de la madre, se pueden reconocer de manera temprana algunas alteraciones cromosómicas relevantes y frecuentes”, explica el ginecoobstetra.
Las gestantes también pueden optar por hacer una ecografía 3D, recomendada entre las semanas 24 y 32, y que permite ver en detalle y con más claridad la fisionomía del bebé, sus movimientos y sexo. Igualmente, hay casos específicos que precisan acompañamiento por parte de más especialistas y de otros exámenes. “Se consideran de alto riesgo obstétrico las mujeres mayores de 35 años, pues en esa edad aumenta el riesgo de padecer enfermedades metabólicas como preeclampsia, diabetes o hipotiroidismo. También madres con bajo peso porque puede haber restricción del crecimiento intrauterino; con obesidad, diabetes o quienes tienen su primer embarazo en la adolescencia”, afirma la médica general Laura Cristina Henao Osorio, experta en control perinatal y consulta externa.
En cuanto a los avances, el ginecoobstetra Jesús Velásquez Penagos menciona la exploración de las técnicas no invasivas. “Investigaciones entre la Universidad de Antioquia y el Hospital San Vicente han analizado en muestras de orina diagnósticos de trastornos hipertensivos en el embarazo, principales causas de muertes maternas. Por otra parte, se siguen desarrollando estudios genéticos en la sangre, así como en la tecnología de los ecógrafos y la resonancia nuclear magnética para los bebés”, agrega