A los riñones los han descrito como frijoles, por su forma. Son aproximadamente del tamaño de un puño y se ubican debajo de las costillas, uno a cada lado de la columna vertebral. Sin ellos no podríamos vivir porque se encargan de eliminar los desechos y los excesos de líquido que alberga el cuerpo.
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Si pierden sus capacidades de filtrar desechos y líquidos, se comienzan a acumular en el cuerpo causando hinchazón en las piernas, los tobillos y los pies en una etapa muy avanzada, lo que se conoce como enfermedad renal crónica (ERC).
El día Mundial del Riñón se celebra el segundo jueves de marzo, que cae este jueves. El lema es “Promover el acceso equitativo a la atención y a la práctica óptima de los medicamentos”.
“Cada año el lema cambia. El de este año es el del acceso equitativo a la atención y medicamentos porque en muchos países latinoamericanos (no es el caso de Colombia) hay un acceso tardío a la detección temprana y a los procedimientos de diálisis y trasplante, que son los que pueden salvar a muchísimas personas. Muchos países en Latinoamérica no tienen acceso al trasplante y también, en todo el mundo”, explica Jorge Rico Fontalvo, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Nefrología e Hipertensión (Slanh).
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en 2019 estas enfermedades fueron responsables de 254.028 defunciones totales; 131.008 en hombres y 123.020 en mujeres, y datos entregados por el nefrólogo colombiano Jorge Rico Fontalvo indican que la enfermedad renal crónica afecta al 10 % de la población, es decir, son 850 millones de personas diagnosticadas; a esto se le suma otra realidad: solo 1 de cada 10 personas con ERC saben que la padecen.
“En nuestros países, el comportamiento epidemiológico es muy variable y con una alta tasa de sub-diagnóstico. En Colombia, según los datos más recientes de la Cuenta de Alto Costo (CAC), para el año 2022, se reportaron 790.117 personas con diagnóstico ERC y si la prevalencia es del 10 % eso quiere decir que en Colombia debe haber cerca de 5 millones de personas con ERC, pero solo hay diagnosticadas menos de un millón”.
El subdiagnóstico consiste en no identificar algo que sí está presente. Es decir, en el país no se suele diagnosticar la enfermedad renal crónica.
“Esto ocurre porque no estamos haciendo un correcto diagnóstico de la enfermedad, porque los exámenes solo se hacen una vez y no se confirman y no se clasifican como enfermedad renal. Estamos hablando de poblaciones vulnerables como las indígenas y esto pasa en toda América Latina. Otro problema es que estamos diagnosticando solamente a las personas que consultan, a los que llegan al hospital y esto se llama demanda inducida. La mayoría de ellos no consultan y al no consultar se pierden muchos pacientes diagnosticados con problemas renales”, concluye el médico.
Aunque en las etapas tempranas del daño a los riñones no se presentan síntomas ni molestias, un análisis de sangre de creatinina en suero puede detectar si todo está bien con sus riñones. Sus niveles normales dependerán de su sexo, edad y la cantidad de masa muscular que tenga su cuerpo.
En etapas tardías ya el daño podría ser irreparable y requerir de diálisis o un trasplante de riñón.
¿Qué hacer si sospecha de la enfermedad?
Las personas que más deben estar pendientes de sus riñones, según el médico Rico Fontalvo, son los diabéticos (principalmente los del tipo 2), personas hipertensas, con enfermedades cardiovasculares o antecedentes como infartos, derrame o isquemia cerebral, personas con sobrepeso y obesidad, pacientes que se automedican con ibuprofeno, diclofenaco y demás antibióticos sin prescripción médica y las personas mayores de 60 años.
En caso de sospechar, lo primero que se recomienda es acudir a su médico tratante, quien deberá ordenar pruebas para detectarla: un examen de orina, verificar la presencia de la proteína albúmina, y de creatinina, para conocer el nivel de función de filtrado de los riñones.
Estos exámenes deberían hacerse, al menos, una vez al año para prevenir y/o darle seguimiento a la enfermedad.
“Tener diabetes aumenta significativamente el riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica, pero también es importante tener en cuenta que hay una variedad de factores que pueden influir en este riesgo, como la presencia de albuminuria, la duración de la diabetes, y la presencia de otras complicaciones como la retinopatía diabética y otras comorbilidades” afirmó el doctor Mauricio Chávez, asesor médico cardiorrenal de Bayer.
Algunas señales de alerta son fatiga, hinchazón en las piernas y tobillos, dificultad para concentrarse y disminución del apetito. Además, podría experimentar presión arterial alta y cambios en los patrones de micción.
Estos signos pueden ser de enfermedades cardíacas u otras condiciones de salud, por ello se debe tener un diagnóstico integral para detectar la causa.
En pacientes diabéticos, si la ERC no es tratada a tiempo y adecuadamente, puede empeorar y convertirse en una insuficiencia renal terminal. Si esto ocurre, necesitarán de una diálisis periódica (tratamiento de la insuficiencia renal en fases avanzadas para eliminar sustancias dañinas de la sangre cuando los riñones no lo pueden hacer); o, recibir un trasplante de riñón para poder sobrevivir.
¿Cómo proteger los riñones?
Jorge Rico Fontalvo recomienda una dieta balanceada y en general, hábitos de vida saludables.
“Eso implica una dieta baja en sal definitivamente porque daña los riñones y produce hipertensión. Es importante el consumo de verduras, por ejemplo la dieta mediterránea que es protectora y si protegemos el corazón, protegemos los riñones. Es importante también la hidratación constante de las personas y te das cuenta de que hay una buena hidratación si la orina no es oscura y es abundante”, describe el médico.
Por otro lado, es esencial hacer actividad física. Por lo menos 150 minutos a la semana de ejercicio aeróbico.
También se debe evitar el consumo de cigarrillo que trae una cantidad de problemas como diferentes tipos de cáncer, problemas pulmonares y está asociado directamente al daño renal.
“La higiene del sueño también es esencial, poder dormir bien es beneficioso y la obesidad también está asociada al daño renal, por lo que es importante mantener un peso adecuado”, finaliza.