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Challenger: 73 segundos de terror

Hace 30 años ocurrió el accidente del transbordador que obligó a repensar la seguridad de las naves.

  • FOTO SHUTTERSTOCK
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28 de enero de 2016
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¡Todo parecía fácil! Los satélites, la Luna, la estación Skylab y el sueño más ansiado: Marte.

En su décima salida al espacio, el transbordador espacial Challenger explotó en pedazos a 73 segundos de partir el 28 de enero de 1986. Sus siete tripulantes murieron, el primer y duro revés en pleno vuelo, tras la muerte en ensayos en 1967 de los tripulantes de la que sería la primera Apolo.

La Nasa, hasta entonces una exitosa agencia espacial, modelo para el mundo y envidia para los países desarrollados, se había burocratizado, perdido rigurosidad en los procesos y desarrollos y tenía una enorme presión política a sus espaldas. Se descuidó.

Eso, según analizó en el Sentinel Alex Roland, historiador de la Nasa. Y esa historia le confiere la razón. La noche previa al vuelo, los técnicos que inspeccionaban los tanques advirtieron que el frío podría generar problemas en los anillos O que sellaban los cohetes impulsores, que en otras misiones habían mostrado debilitamiento.

Su sugerencia: aplazar el despegue. Pero el éxito no podía esperar y para los de arriba, no era para preocuparse.

June Scobee Rodgers, la viuda del comandante de la misión, Francis Scobee, dijo a la CBS que no tiene resentimiento ahora con la Nasa y la forma como mantuvo los orbitadores volando pese a las deficiencias en los cohetes.

Cuando la comisión nombrada por el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, para investigar las causas del desastre, entregó el reporte sintió rabia. Su hijo, entonces un cadete, hoy general, golpeó la mesa donde les leían las conclusiones. Todos los familiares atónitos: la negligencia era culpable del accidente.

La vida sigue

Cerca de 30 meses fueron suspendidas las misiones de los transbordadores mientras se investigaba y corregían los defectos. Y aunque se reanudaron en septiembre de 1988, el daño quedó hecho, agravado por la pérdida de otro transbordador, el Columbia, en su reingreso a la atmósfera el 1 de febrero de 2003.

La Nasa hoy ensaya una nueva nave, Orión, remplazo de los transbordadores suspendidos en 2011 luego de 135 misiones. A diferencia de estos podrá viajar al espacio profundo: a la Luna, asteroides y a Marte también.

Un informe en New Scientist recordó que la Orión y el nuevo sistema de lanzamiento se mantienen rodeados de preocupaciones por su seguridad. El primer vuelo tripulado, previsto para 2021 o 2023, sigue en veremos.

Una misión al planeta rojo en los 30, con una duración de casi dos años, no resistiría una avería.

Tal vez la generación actual no se haya enterado del Challenger y su tragedia. No le tocó vivir ese momento en el que ante los ojos de millones de televidentes y testigos el Challenger que había acabado de partir se desintegró.

Un recuerdo macabro difícil de borrar, que ha moldeado la exploración del espacio que siguió su curso.

200
veces la fuerza de gravedad tenía la cabina cuando chocó contra el océano.
1
tripulante era profesora, Sharon C. McAuliffe, quien dictaría una clase a bordo.
Infográfico
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