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Si Antioquia fuese un país, se ubicaría como el tercero con más inversiones en el extranjero en América Latina, solo detrás de Brasil y México.
¿Cuál estrategia deberían seguir Medellín y Antioquia en los años venideros? Esa fue la pregunta que inspiró el proyecto “Antioquia Emergente”, fruto de la colaboración entre Proantioquia, EAFIT, Comfama y la consultora Breakthrough. Y queremos destacar este proyecto porque el análisis y las oportunidades que en él se revelan podrían brindar ideas valiosas a los líderes recién elegidos en la región.
“Antioquia Emergente” parte de datos que a primera vista no son tan evidentes para sugerir una estrategia “ambidiestra” para el departamento y la ciudad: consolidarnos como una capital creativa a nivel mundial y fortalecer nuestra potencia industrial en segmentos de alto valor.
El primer mensaje de “Antioquia Emergente” es que Antioquia, en lugar de verse como una simple región colombiana, debería considerarse a sí misma como un país pequeño, con capacidad para influir en su propio destino, más allá de depender de lo que ocurra en Bogotá. Bajo esta visión, Antioquia tiene el potencial de consolidarse como una región única e integrada globalmente.
Lejos de enfocarse principalmente en exportaciones, Antioquia ha logrado conectarse con el mundo a través de la inversión en otros países. Según el informe de “Antioquia Emergente”, mientras que las exportaciones del departamento se han multiplicado por cinco desde 1990, las inversiones de las empresas antioqueñas en el extranjero se han multiplicado por diez. Casos como el de Grupo Sura - que es el jugador más grande en pensiones en todo el continente - o el de Argos - que con su reciente acuerdo con Summit Materials será el mayor accionista de la cuarta compañía cementera más grande en los Estados Unidos luego de años de inversión en aquel país - son muestra de esto. Si Antioquia fuese un país, se ubicaría como el tercero con más inversiones en el extranjero en América Latina, solo detrás de Brasil y México.
Este ADN que tiene Antioquia para conectarse al mundo ahora se manifiesta de formas nuevas, y probablemente más potentes.
El auge turístico y de interés global que ha experimentado es notable. De la noche a la mañana, Medellín “se puso de moda”. Aquí ya llegan más “nómadas digitales” (personas que trabajan de forma remota mientras viajan) que a ciudades como Barcelona, Ciudad de México, Buenos Aires o Madrid cuando lo ajustamos por número de habitantes.
Artistas como J Balvin, Maluma y Karol G han contribuido a ubicar a Medellín en el mapa mundial. Sus canciones, que mencionan lugares como “Medallo”, “Provenza” y “El Poblado”, se escuchan en todo el mundo, al punto que si Antioquia fuese un país, los cantantes originarios de Medellín ocuparían el quinto lugar con más representación en el top 50 de Spotify, solo superados por Estados Unidos, Puerto Rico, Reino Unido y Canadá.
Recientemente, la “Zona Rosa” de Medellín se ha acostumbrado a aparecer como uno de los destinos más “cool” del mundo. Cada vez más artistas de talla mundial deciden parar en Medellín como parte de sus giras, llegando a situaciones ridículas como haber tenido cuatro conciertos de RBD en una misma semana, atrayendo visitantes de todo el país y el mundo. Medellín tiene todo para convertirse en una capital del entretenimiento.
Al mismo tiempo, Antioquia está destacando su potencial para convertirse en un jugador importante en exportaciones de alto valor. Las empresas exportadoras de la región han demostrado habilidad para sobresalir en mercados especializados y difíciles de alcanzar, conocidos como el long-tail (modelo tipo Amazon). En sectores como la floricultura, la agroindustria y áreas industriales de alta complejidad, las empresas antioqueñas han demostrado una fuerte competitividad, atendiendo a mercados que solo unas pocas empresas en el mundo pueden abordar.
En este nicho de alto valor, quienes han logrado el éxito no son principalmente las grandes corporaciones, sino las PYMES: las empresas antioqueñas que exportan menos de cinco millones de dólares al año son las que más han aumentado sus exportaciones en los últimos tiempos. Sorprendentemente, el 43% de las exportaciones de la región proviene de empresas con menos de 250 empleados, en marcado contraste con países como México, donde esta cifra apenas alcanza el 5%.
¿Cómo profundizar este potencial de la región como capital creativa y potencia exportadora long-tail? La prioridad para los mandatarios recién electos debería ser impulsar grandes proyectos que capitalicen estas fortalezas.
La relación actual con el Estadio Atanasio Girardot y los eventos que acoge está volviéndose difícil de manejar. ¿Qué tal si se considera en serio la construcción de una enorme “Arena Medellín” que pueda recibir aún más conciertos de artistas de renombre mundial? ¿Por qué no pensar en transformar todos los colegios públicos en espacios bilingües para que los jóvenes puedan aprovechar las nuevas oportunidades laborales generadas por el turismo?
El aeropuerto José María Córdova se quedó pequeño, ¿por qué no trabajar en una alianza entre la Gobernación y el municipio de Rionegro, junto con inversores privados, para ampliar la terminal y construir una segunda pista? El incremento en la llegada de turistas está aumentando los costos de los arriendos, ¿por qué no coordinar esfuerzos entre la Gobernación y la Alcaldía para desviar el tráfico del aeropuerto Olaya Herrera hacia Rionegro y convertir el área del aeropuerto en un amplio parque que, además, permita la construcción de viviendas en altura? Esto podría ayudar a satisfacer la demanda de vivienda en la ciudad.
“Antioquia Emergente” no solo nos invita a soñar, sino también a actuar.
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