Reducción en la producción global de algodón, altos niveles de contrabando y la caída del consumo le están pasando factura al sector textil en Colombia.
Esa es parte de la conclusión del dialogo que tuvo EL COLOMBIANO con Gustavo Alberto Lenis, presidente de la compañía paisa Fabricato, que este mes cumple 104 años como referente de la industria nacional.
Dicha compañía ha sido noticia en las últimas semanas al comunicar que mañana, 6 de febrero, apagará su producción de denim, tela para fabricar prendas yines o jeans.
Lenis argumentó que de cada 100 prendas con ese material que se compran en Colombia, 30 son de contrabando, por lo que competir con esos precios es imposible ante los bajos costos que hay en el mercado.
Y si bien eso resulta un desafío para la textilera paisa, a su vez, se traduce en un mayor enfoque en nuevos proyectos para fortalecer otras líneas de producción, que a los ojos de Lenis dejarán más ganancia en la caja registradora de Fabricato.
¿Un 2023 para el olvido?
“Un año desastroso. La demanda pudo rebajar entre el 15% y el 17% y estuvo por debajo de los años anteriores. A eso le debemos sumar que perdimos a uno de nuestros principales clientes exportador CI Jeans, porque entró en liquidación, representaba el 17% de nuestras ventas. Hubo una desaceleración que nos dejó con unos inventarios altos de algodón y con un precio por encima de los años 2022 y 2023. Y nuestras ventas cayeron un poco más de 23%”.
Y van a dejar de producir denim, ¿eso cuánto representa de la producción total?
“Sí, lógicamente hicimos un análisis y la gran pérdida estuvo en denim. Fabricato tiene una capacidad instalada para producir entre 3 millones y 3,5 millones de metros, y solo la capacidad de denim está en 1,5 millones de metros al mes, pero estábamos terminando con solo 300 mil metros, una quinta parte. Notamos que había unos precios supremamente bajos en el mercado, cuando uno suma las materias primas a duras penas no daba el precio de venta que hay en Colombia, entonces, debe ser denim de contrabando. Precios de $7.000 el metro, no hay posibilidad de competir con eso. Teníamos que tomar esta decisión”.
¿Y con qué van a reemplazar esa producción?
“Tuvimos unas ventas buenas en dril, donde contamos con una buena calidad y, además, estamos exportando. Vamos a concentrarnos en los driles, tejido en punto y en no tejidos, esta última es una planta pequeña que está al 85% de su capacidad, mejor dicho, vamos a concentrarnos en lo que estamos haciendo bien”.
¿Y sí les alcanza?
“No reemplazaríamos totalmente la producción de denim, pero ya estamos utilizando varios de los telares (máquina para tejer) de denim en driles y este año vamos a utilizar muchos más. En driles sí tenemos una capacidad de 1,7 millones de metros y vamos a llegar a un poco más de los 2 millones, en punto tenemos 650.000 metros de capacidad. Además, vamos a revaluar qué se puede hacer con el denim, quizá podamos hacer baches de producción para satisfacer esos clientes que siempre nos han acompañado, pero eso está en estudio”.
Cuál es la estimación con esta nueva estrategia, ¿proyectan un crecimiento?
“Vamos a decrecer en metros, pero esperamos crecer en ventas de dril y la rentabilidad en margen bruto va a mejorar muchísimo en la medida en que se deje de vender denim. Esperamos que las ventas tengan un incremento del 11% frente al 2023”.
Parece que hay tranquilidad en la caja pero, ¿hay algún peligro de cierre de la empresa?
“No, es que lo del denim causó mucho ruido, pero en aras de conservar la mercancía y en dibujar un futuro diferente, pues no podemos pensar que haciendo lo mismo vamos a cambiar los resultados. Hicimos un presupuesto cuidando más el margen de ganancia que el volumen y en eso estamos siendo muy cautelosos”.
¿Cómo están en exportaciones?
“Queremos llegar a exportar el 40% de nuestras ventas, hoy estamos en el 10%, pero eso se logra poco a poco. Este año queremos crecer un 20% el comercio exterior. Decidimos no hacer más denim, pero eso no quiere decir que no busquemos oportunidades en el exterior”.
Este año también le van a apostar a la sostenibilidad...
“Sí, entramos desde hace algún tiempo en la economía circular. Compramos dos máquinas, una para recuperar prendas que se desechan al no quedar como deberían, se rescata esa fibra y la tejemos nuevamente. La otra máquina es de lavado con ozono para disminuir la cantidad de agua que utilizamos. Calculamos que a final de año se va a reincorporar el 80% del agua que gastamos en nuestros procesos”.