14,3
millones de ocupados en Colombia no cotizan a los fondos de pensiones.
No es por alarmarlo, pero tal vez en 2055 usted haga parte de los 11,9 millones de ancianos colombianos sin pensión. ¿Por qué?, porque el sistema actual no resiste mucho más. Esta cifra fue entregada ayer en Medellín por la Asociación Colombiana de Fondos de Pensiones y Cesantías (Asofondos) es una nueva alarma para el ya sobrediagnosticado problema previsional del país.
Si no se hace nada, como en los últimos 16 años, tiempo desde que se discute la necesidad de una reforma integral, se engordará el pasivo pensional que, por ese concepto, ya alcanza en 2016 más del 120 % del producto interno bruto (PIB).
Esta fue la base de la discusión del seminario Desempeño Pensional y Laboral en Colombia, realizado ayer en Medellín por la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) y Asofondos.
Mientras la inversión presupuestal del Gobierno Nacional en educación fue este año de 31,5 billones de pesos y beneficia a 8,7 millones de colombianos, en pensiones se transfieren 34 billones para mesadas de solo 1,9 millones de jubilados en el régimen público de Prima Media.
Altísimo costo que pagamos todos
“El problema no es menor, en este momento el déficit pensional del Gobierno (Colpensiones, magisterio, defensa y Fopep) es de 34 billones de pesos y no tiene pinta de bajar”, aseguró el presidente de Asofondos, Santiago Montenegro.
Y en pleno apretón fiscal y con un Presupuesto General de la Nación para 2017 de 224,4 billones de pesos, la partida pensional se hace insostenible: el Gobierno tendrá que girar 38,2 billones de pesos para este rubro, 15,1 % más que en 2016 y representará el 4,2 % del PIB.
“Ha habido irresponsabilidad fiscal de todos los gobiernos en los últimos 13 años, donde se dijo que se tenía un panorama sobre la regresividad de las pensiones y nos ha llevado a duplicar la asignación presupuestal en poco tiempo”, increpó el presidente de Anif, Sergio Clavijo.
El economista destacó que en 1998 se debían conseguir recursos del orden de 2 % del PIB para las pensiones y hoy la cifra se multiplica por dos. “Nuestros cálculos dicen que mientras los subsidios sigan, la gente buscará la ‘colombina’ de Colpensiones. La desidia pública genera regresividad al sistema”, agregó.
Esa golosina de Colpensiones, según Clavijo, implica subsidios de hasta 60 % sobre la pensión, y sobre todo para los de mayores ingresos.
Según el Departamento de Planeación Nacional (DNP), 65 % de los subsidios entregados a los pensionados se dan al 20 % que más ingresos tiene. En contraste, solo el 0,3 % de esos beneficios van a los más pobres.
Los cálculos de Anif apuntan a que, si no se hace nada, a 2050 podrían migrar nueve millones de personas al régimen público, en busca de subsidios.
Sin embargo, Jaime Eduardo Cardona, director de Regulación Económica del Ministerio de Hacienda, controvirtió a Clavijo y aseguró que solo el 30 % de los que se trasladan a Colpensiones realmente logran una mesada.
Y en ese caso, ¿qué hacemos?, la respuesta que se ha dado durante más de 10 años es: una reforma pensional.
La reforma de siempre y que nadie hace
Más exactamente, según el exministro de Hacienda, Roberto Junguito Bonnet, la demora ha sido de 16 años y “en todos los foros se pide una reforma. Esto es un problema de decisión política que, por lo visto nadie quiere tomar en serio”.
Y en medio de la discusión de una reforma tributaria estructural que se presentaría al Congreso en un mes, las pensiones tendrán que esperar.
Mientras tanto, los diagnósticos continúan. Por ejemplo el presidente del Consejo directivo de Asofondos, Alcides Vargas, aseguró que habrá que propender por “una mejor distribución de subsidios, eliminar beneficios a pensionados con altos ingresos y llevarlos a los que menos ganan”.
Como están las cosas, se estima que solo 10 % de trabajadores afiliados a Colpensiones alcanzarán las 1.300 semanas cotizadas, mientras en el régimen privado de Ahorro Individual (Rais) será de 25 %.
Para que una eventual reforma dé equilibrio al sistema habrá que tener en cuenta la realidad demográfica del país. Para esto, Mauricio Olivera, presidente de Colpensiones, dijo que la normatividad actual está pensada para una realidad de, “por lo menos 30 años atrás. Por eso hay que pensar un modelo distinto”.
Allí es donde las Beneficios Económicos Periódicos (Beps), para quienes ganan menos de un salario mínimo, promueven una oportunidad, en medio de un panorama laboral más dinámico, menos estable y sumido en una escandalosa informalidad (ver nota anexa).
Sin embargo, esto “hace parte de los pedacitos de las reformas que hemos venido haciendo en el país y los grandes cambios todavía esperan”, comentó Junguito.
Con ajustes, la solución es la formalidad
En teoría, para mejorar el escenario de las pensiones en Colombia habría que lanzar una gran cruzada por la formalidad laboral.
“La reducción de 13 puntos porcentuales sobre el total de gastos salariales que paga un empleador ayudó mucho. En 2010, solo el 25 % de la Población económicamente Activa (PEA) aportaba con frecuencia a las pensiones, en 2016 es del 42 %. Pero nos falta muchísimo”, acotó Clavijo.
Y agregó que en la medida en que se desmonten parafiscales, la competitividad y la formalidad repuntan, un punto de eterna polémica con las cajas de compensación.
Para Santiago Montenegro, la principal necesidad del país es tener un sistema de seguridad social sostenible y con alta cobertura, porque los trabajadores activos no alcanzan a financiar a los adultos mayores.
“Con el actual modelo pensional, incluso a mayor número de empleados formales, se incrementa el déficit”, explicó Vargas, porque el esquema de subsidios mantendría una sobrediagnosticada inequidad, y ese, justamente es el quinto cáncer del sistema pensional.
La causa y la consecuencia del problema
Del total de la población ocupada del país, que alcanza los 22 millones de personas, un 48,5 % tienen ingresos de menos de un salario mínimo, según cálculos de Asofondos con cifras del Dane.
Si se parte de esta base, se puede hacer una idea de por qué, aún cuando tanta gente trabaja, solo cotizan al régimen de pensiones unas 7,7 millones de personas.
Y esto sustenta el cálculo de Asofondos: de 11,8 millones de adultos en 2055, solo 2,5 millones tendrían pensión mediante una AFP y 450 mil por el régimen público (Colpensiones).
La insostenibilidad del sistema está medida en inequidad y la baja cobertura: solo el 37 % de mayores de 65 años disfruta de una pensión, cifra muy inferior a la del promedio de América Latina, que es de 64 %.
Así que al sistema de pensiones no le cabe un diagnóstico más. Los expertos reiteran que faltan acciones, antes de que en 39 años haya una población equivalente a 4,3 veces la actual de Medellín, sin opción de pensionarse
65 %
fue el índice de informalidad laboral (sin cotización en pensión) en 2015.
3,6
millones de colombianos tienen más de 65 años, solo 1,9 están pensionados.