Una noticia constante este año ha sido la difícil situación de caja del Gobierno a raíz de una creciente presión del gasto público y una evidente caída en el recaudo tributario. Un estudio del Banco de Bogotá revela que el Ejecutivo podría seguir con problemas financieros el próximo año.
Los analistas del Banco de Bogotá destacan que el Gobierno aceleró sus operaciones de recompra de deuda para redención anticipada, con el fin de solventar parcialmente los problemas de caja.
De hecho, el informe destaca que, en agosto, los problemas de caja parecen haber quedado atrás, gracias a la estrategia mencionada anteriormente y a la mayor colocación de TES (títulos de tesorería) del Ministerio de Hacienda, según se evidencia en la actualización del Marco Fiscal de Mediano Plazo.
Los TES son un instrumento financiero que emite un gobierno para conseguir recursos de inversionistas y financiar su presupuesto y programas, luego el inversor obtiene una rentabilidad a largo, mediano o corto plazo, según el acuerdo.
Algo importante que menciona el estudio es que la Nación le pagó a Ecopetrol la deuda del Fondo de los Precios de los Combustibles (FEPC) en TES y no en pesos, lo que ayudó a recomponer la caja.
Aun así, todo no es color de rosa. La estrategia podría pasarle factura al Gobierno. Los analistas económicos del Banco de Bogotá explicaron que el nivel de deuda y su duración aumentaron para el país. Esto a raíz de la mayor oferta de TES a largo plazo.
El desafío
Por esa razón, el estudio advierte que para el 2025, los dolores de cabeza para el Gobierno podrían continuar, ya que habrá un mayor pago por amortizaciones de deuda, estimados en unos $100 billones que deberá desembolsar el Gobierno.
Además, hay dos TES a vencerse el próximo año, por lo que el Gobierno deberá devolver el dinero más intereses obtenidos por esos títulos. En resumen, una situación compleja para la caja del Gobierno. Por ejemplo, solo el saldo de títulos TES a tasa fija, con vencimiento entre 2028 y 2050, aumentó en $40 billones durante los primeros siete meses de este año.
De ese repunte, $22,5 billones se explican por el mecanismo de subastas primarias, $0.8 billones por la creación del ETF (fondos cotizados en bolsa), además $5.3 billones provienes de la emisión utilizada para el pago del Gobierno a Ecopetrol.
El documento precisa. “Como se evidencia, el manejo de deuda, similar a lo observado en años anteriores, ha consistido en aumentar la duración de la deuda, con las consecuencias que esto conlleva. Así, aunque la estrategia de manejo de deuda del Ministerio de Hacienda ha favorecido la caja, la mayor emisión en títulos de larga duración también se ha traducido en un empinamiento de las curvas de deuda”.
El año entrante será desafiante, no solo porque hay un riesgo de que el presupuesto de 2025 quede desfinanciado, sino porque el Gobierno tendrá el vencimiento de dos títulos: un TES UVR en mayo y uno a tasa fija en noviembre, lo que quiere decir que tendrá que hacer pagos de capital cercanos a los $28 billones.
Las cuentas
Ahora, hay que recordar que el Presupuesto General de la Nación (PNG) estima ingresos por $511 billones, mientras que los gastos serán de $523 billones, por lo que hay un déficit de $12 billones, que obedece al recaudo que el Gobierno pretende lograr por la ley de financiamiento o reforma tributaria.
Pero no es el único problema, la senadora Angélica Lozano, de la Alianza Verde, explicó que el problema radica en que el faltante es mucho mayor. La legisladora agregó que el Gobierno estima un recaudo tributario de $315 billones, pero en junio 15 esa estimación era de 258 billones, por lo que en solo un mes se aumentaron $58 billones.
De hecho, la contraloría mostró su preocupación por esa inconsistencia: “se observa incoherencia entre las estimaciones de ingresos tributarios del Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) y el presupuesto propuesto, con un crecimiento del 15,4% en el MFMP y una caída del 3,6% en el proyecto de PGN 2025”.
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Qué dice MinHacienda
En el Congreso Nacional de Exportadores, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, aclaró cómo están las finanzas del país. Al hablar sobre la ley de financiamiento y el Presupuesto General de la Nación para 2025, reveló que la deuda financiera de Colombia, que antes de la pandemia era del 49% del PIB, ahora está en el 61%.
Bonilla explicó que, “en plata blanca”, la deuda suma $200 billones, la mayoría destinada a pagar el préstamo que Colombia tiene con el Fondo Monetario Internacional (FMI), un crédito de US$5.600 millones que se debe saldar en ocho cuotas trimestrales, de las cuales ya se han pagado dos.
“En 2021, la deuda pública financiera pasó del 49% al 61%. Esto son $200 billones que se pidieron durante la pandemia para cubrir gastos, y ahora toca pagar”, dijo el ministro. Y agregó que el proyecto del presupuesto vendrá acompañado de un movimiento de la Regla Fiscal que permitirá generar recursos.
“La mitad de eso (los $12 billones que se buscan con la tributaria) va a ir con una fórmula bien curiosa, la mitad va a ser que la Regla Fiscal pase a ejecutarse en 2026, a 2025, eso nos genera recursos, sin tocar la Regla Fiscal”, explicó durante el Congreso Nacional de Exportadores, de Analdex.
Además, Bonilla comentó que han explorado opciones para renegociar la deuda o extender los plazos, pero estas alternativas no se han concretado. “La regla fiscal nos obliga a pagar la deuda, y las calificadoras advierten que, si dejamos de hacerlo, la calificación de la economía colombiana empeorará aún más”, añadió.
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El objetivo del gobierno es reducir la deuda por debajo del 55% del PIB, aunque por ahora sigue en aumento. Bonilla anticipó que en 2026 habrá que discutir una ampliación del cupo de endeudamiento. También señaló que uno de los problemas de la economía colombiana es que los gastos de funcionamiento son inflexibles. “Algunos creen que la solución es reducir la nómina estatal, pero estos gastos representan solo el 18% del PIB”, argumentó.
Finalmente, el ministro explicó que las principales deudas del país no solo provienen de los gastos de funcionamiento, sino también de las pensiones, las vigencias futuras y los créditos, todos considerados como gastos inflexibles.