De confirmarse lo que ha anunciado el Gobierno Nacional, en los próximos meses aterrizará en el Congreso de la República una nueva reforma o tributaria o ley de financiamiento que tendrá un difícil objetivo: generar más recursos para una Nación ávida de ingresos, pero no asfixiar al sector productivo para que pueda reactivarse.
Podría interesarle: A falta de plata, gobierno acude a recorte presupuestal y a reforma tributaria
A la expectativa de lo que propondrá el Ejecutivo a través del Ministerio de Hacienda, desde diferentes sectores empiezan a llegar propuestas. Este fin de semana, por ejemplo, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras dijo que una reforma tributaria es contraproducente si lo que se quiere es reactivar la economía, pero que, si se hace, debe tumbarse el impuesto al patrimonio y bajar el de renta.
“No creo en ninguna reforma que busque reducir el recaudo, pero en aras de confiar en la intención y buena fe de la propuesta se me ocurre sugerirle al ministro la más sencilla de las fórmulas: revertir toda la reforma tributaria del doctor Ocampo aprobada en 2022”, inició Vargas Lleras en su mensaje.
El político instó a volver a las bases de la tributaria del 2019. Esto, “comenzando por la reducción gradual del impuesto de renta, inicialmente al 32%, para llegar en tres años al 30% y dejarlo a ese nivel tanto para sociedades como para personas naturales que hoy llegan hasta el 39%”.
Encuentre: El billonario impacto que tendrá el fallo de la Corte Constitucional sobre deducibilidad de las regalías
Así mismo, recomendó eliminar el impuesto al patrimonio de las personas naturales, disminuir el impuesto a los dividendos al 10% y eliminar toda forma de renta presuntiva, como el impuesto mínimo del 15% que grava las diferencias temporales entre la contabilidad y la declaración de renta.
Cambiar los topes
Desde el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana se propone que todas las personas jurídicas paguen una tarifa efectiva mínima de tributación del 20%, y que además la tarifa general que existe en este momento (que es 35%) se cambie por una del 30%.
Esto tendría una salvedad, y es que se impongan 5 puntos adicionales de impuesto cuando se excedan las 6.285 UVT ($296 millones).
En las cuentas del Observatorio, reducir la tarifa del 30% al 35% para el 90% de las compañías bajaría el recaudo en $1,8 billones, pero en contraparte, el hecho de establecer un piso de 20% para todas las empresas permitiría un aumento de $4,2 billones. Entre la suma y la resta, su propuesta permitiría aumentar esa cuenta de impuestos para la Nación en $2,4 billones al año.
“Esto mejora la justicia fiscal, así como la competencia y los incentivos a emprender e innovar, dado que se reducen las desventajas tributarias que enfrentan los emprendedores a la hora de competir con empresas más grandes”, dijo Óliver Pardo, director del Observatorio Fiscal.
¿No es una buena idea?
En una reciente entrevista con EL COLOMBIANO, el concejal de Bogotá, Juan Daniel Oviedo, indicó no estar del todo de acuerdo en bajarles los impuestos a las empresas y potencialmente buscar llenar ese espacio cobrándole a más personas naturales. Para él, el trabajo por hacer es formalizar la economía y generar empleo.
Cree que, de cara a la reforma, no se han tocado temas claves. “No vemos al Gobierno con una posición clara frente a cómo ampliar la cobertura del régimen simple, que es ‘pague una vez y eso corresponde a todos los impuestos que posiblemente se pueden causar por su actividad económica’, una herramienta muy importante para formalizar la actividad económica”.
Oviedo espera primero ver cómo será el texto del proyecto, pero también deja alguna idea para tener en cuenta en el debate. “Creo que hay que pensar en el descuento de IVA de bienes de capital para reactivar la economía”.
Desde la agencia de calificación de riesgo Moody’s, también se han mostrado dudas al respecto. “Las autoridades han hablado de una nueva reforma fiscal que reduciría la tasa del impuesto sobre la renta de las empresas, lo que podría ser positivo para la inversión, pero podría conducir a menores ingresos si no se incorporan medidas compensatorias”.
¿Qué se sabe de la reforma?
Según el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, por ahora la prioridad legislativa del Gobierno será la aprobación del Presupuesto General de la Nación 2025, y luego se procederá a tramitar la ley de financiamiento.
El propio Bonilla ha dejado entrever que se buscan estímulos para las empresas, con lo que no se descarta que se lleve la propuesta de bajar la tasa de renta corporativa.
Por lo pronto, el Gobierno busca a toda costa llenar el vacío de ingresos que dejó la caída de importantes medidas contempladas en la reforma tributaria de 2022, principalmente la no deducibilidad de las regalías a empresas mineras, la cual tumbó la Corte Constitucional, y cuyo hueco fiscal se calcula en más de $6 billones en el corto plazo.
