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Un acto de valor cívico y político hizo posible la creación de la Plaza Botero, pero sin duda el nacimiento de la Plaza Botero fue un acto de generosidad sin precedentes. Cómo homenaje en el primer aniversario de la muerte de El Maestro, el reportero gráfico Gabriel Buitrago M. Público el libro Plaza Botero que muestra lo que fue el proceso de construcción. Foto Gabriel Buitrago -
El nacimiento de la Plaza Botero fue un acto de generosidad sin precedentes. En el año 2000, el maestro Botero, uno de los artistas latinoamericanos más reconocidos a nivel mundial, decidió donar a Medellín un conjunto de 23 esculturas de bronce, obras que representan su característico estilo figurativo y que se han convertido en un símbolo de la ciudad. Foto Gabriel Buitrago -
Fernando Botero y Juan Gómez Martínez (Exalcalde de Medellín) en plena coordinación de como sería la Plaza Botero. Foto Gabriel Buitrago -
La Venus Durmuiente. Desde el inicio, la visión de Botero fue clara: sus obras debían estar al alcance de todos, sin barreras que impidieran la cercanía entre el arte y la gente. Foto Gabriel Buitrago -
Transformación del Centro de Medellín. Así era la zona antes de la construcción de la Plaza Botero. Foto Gabriel Buitrago -
Con la donación del maestro, se iniciaron los trabajos de construcción de la Plaza Botero en 1998. Foto Gabriel Buitrago -
La primera oferta del maestro para la ciudad fueron 10 esculturas pero cuando vio que estaban tumbando todo y organizando la plazoleta aumentó a 14, luego subió a 18, siguió aumentando hasta 23 y un día dijo, “no vengo más, cada veo los avances sumó y esto va a salir muy caro”, cuenta entre risas en una entrevista que concedió a El Colombiano. Foto Gabriel Buitrago -
Botero siempre tuvo un profundo amor por su tierra y un deseo de que su arte estuviera cerca de la gente. Por eso, no solo donó las esculturas, sino que también participó activamente en el diseño de la plaza, eligiendo la ubicación, los materiales y la disposición de las obras. Foto Gabriel Buitrago -
Ubicada frente al Museo de Antioquia, otro bastión del legado de Botero, la plaza ha sido clave en la revitalización del centro de Medellín. Foto Gabriel Buitrago -
El maestro Botero, considerado uno de los artistas más influyentes de Colombia, dejó en su legado un espacio que trasciende el arte para convertirse en un punto de encuentro social y cultural. Foto Gabriel Buitrago -
La generosidad del maestro no solo embelleció Medellín, sino que fortaleció su identidad artística, consolidando la Plaza Botero como un referente obligado para quienes visitan la ciudad. Foto Gabriel Buitrago -
A lo largo de estos 25 años, ha sido escenario de innumerables fotografías, eventos culturales y visitas de turistas de todo el mundo, proyectando la imagen de la ciudad a nivel internacional. Foto Gabriel Buitrago -
Con su característico volumen y sensualidad, las esculturas de Botero seguirán contando historias a generaciones futuras, manteniendo vivo el espíritu de un artista que siempre soñó con llevar el arte a las calles y al corazón de la gente. Foto Gabriel Buitrago -
La visión del maestro de crear un espacio público donde el arte pudiera ser disfrutado por todos, un lugar de encuentro y convivencia para los medellinenses y los visitantes se cumplió y hoy la plaza es un referente de ciudad. Foto Gabriel Buitrago
Plaza Botero: regalo eterno del maestro a Medellín
La Plaza Botero, un espacio vibrante y lleno de vida en el corazón de Medellín, es mucho más que un conjunto de esculturas. Es un regalo eterno del maestro Fernando Botero a su ciudad natal, una donación de arte que transformó el paisaje urbano y convirtió a Medellín en un referente turístico internacional.