Con la idea de garantizar la seguridad y el respeto de las normas en todos los rincones de Medellín, la Alcaldía de Medellín y la Policía Metropolitana se tomaron la zona de rumba de Aranjuez en la noche del pasado jueves, encontraron varias irregularidades que llevaron al cierre de establecimientos, inmovilizaciones de vehículos y hasta traslados de personas que no se estaban comportando de la mejor manera.
El secretario de Seguridad de Medellín, Manuel Villa Mejía, manifestó que “más de 100 hombres de la Policía, personal del Ejército Nacional, personal de la Secretaría de Tránsito, personal de la Secretaría de Seguridad, de la Subsecretaría de Espacio Público, y durante esas más de cuatro horas logramos varios resultados importantes en ese concepto de orden y autoridad, de registro y de control”.
Durante estos procedimientos se visitaron 32 establecimientos comerciales y les suspendieron el permiso de funcionamiento de manera temporal a tres de ellos por venta de licor de contrabando e incumplimiento de otras normas, de acuerdo con las informaciones tras este procedimiento que se efectuó en las calles 92 y 93, entre las carreras 50A, 49, 46 y 47.
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Además se requisaron 180 personas, a las cuales se les solicitaron antecedentes judiciales y demás, terminando con el traslado de una de ellas al Centro de Traslado por Protección (CTP) por conductas contrarias a la convivencia.
Con presencia de la Secretaría de Movilidad de Medellín se le hizo el registro a 300 motocicletas que estaban transitando o estacionadas en esta zona, sancionando a 135 conductores e inmovilizando a 70 motos por no contar con la documentación exigida para poder utilizar estos vehículos.
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“Nosotros estamos dejando claro es que en estos lugares que son conocidos como lugares de fiesta, de rumba, de comercio, tenemos que garantizar un sano equilibrio entre el comercio y los residentes, entre el espacio público y los vehículos”, indicó el secretario de Seguridad.
Finalmente, se logró realizar 11 incautaciones por violación al espacio público y se decomisaron ocho botellas de licor de contrabando, además de 10 gramos de sustancias psicoactivas entre los que habían en los establecimientos y los que estaban siendo consumidos por algunas personas que estaban en el sector.
“Es increíble lo que uno sigue encontrando en muchas calles, en muchas vías de la ciudad, gente que no respeta las normas de tránsito, gente que cree que no tiene por qué respetar a la autoridad”, concluyó el funcionario.
