Israel es el escenario de una huelga general este lunes, convocada por la central sindical Histadrut en un intento por forzar al gobierno de Benjamin Netanyahu a negociar la liberación de los rehenes capturados por el movimiento islamista palestino Hamás.
Sin embargo, el Tribunal laboral israelí ordenó el fin inmediato de la huelga convocada desde por la mañana, “tras escuchar las posiciones de las partes y leído los documentos presentados, emitimos una orden nacional por la que se prohíbe la huelga convocada y se precisa que el paro debe concluir hoy a las 2:30 p.m.”.
La huelga surge en reacción al descubrimiento de seis cadáveres de rehenes en la Franja de Gaza, hallados por el ejército israelí después de casi 11 meses de conflicto con el grupo militante.
El hallazgo, ocurrido en un túnel subterráneo en Rafah, al sur del territorio palestino, fue confirmado en un comunicado del ejército israelí. La noticia ha desatado una ola de protestas y exigencias de un acuerdo para la liberación de los rehenes restantes. Decenas de miles de israelíes se han manifestado en Tel Aviv y otras ciudades, portando carteles con los rostros de los secuestrados y gritando consignas frente al edificio en Jerusalén donde se realiza una reunión de gabinete.
El ministro de Salud de Israel informó que las autopsias revelaron que los rehenes murieron por impactos de bala a corta distancia entre el jueves y el viernes de la semana pasada.
En contraste, un miembro de Hamás, que habló bajo anonimato, afirmó que las muertes se debieron a “disparos y bombardeos de los ocupantes israelíes” y sugirió que algunos de los rehenes estaban en la lista de aquellos que podrían ser liberados en la primera fase de un posible acuerdo de alto el fuego.
La huelga general ha paralizado todos los aterrizajes y despegues en el principal aeropuerto de Israel, Ben Gurión, desde las 8:00 de la mañana. Además, el paro ha afectado parcialmente a los transportes públicos.
A pesar del amplio alcance de la huelga, la respuesta ha sido desigual: Tel Aviv y Haifa han cerrado escuelas y centros educativos, mientras que Jerusalén y Ascalón no han adherido a la movilización.
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Arnon Bar-David, presidente de Histadrut, explicó que la huelga busca “frenar el abandono de los rehenes” y “sacudir a quienes necesitan ser sacudidos”. El líder de la oposición israelí, Yair Lapid, y las familias de los rehenes también han respaldado la medida, intensificando la presión sobre el gobierno para que alcance un acuerdo con Hamás.
Los mediadores de Catar, Egipto y Estados Unidos han estado trabajando para negociar un acuerdo de alto el fuego que incluya la liberación de rehenes y prisioneros palestinos. Sin embargo, hasta ahora las negociaciones no han dado frutos.
El presidente estadounidense, Joe Biden, se declaró “devastado” por la muerte de Hersh Goldberg-Polin, una de las rehenes estadounidenses-israelíes, y se reunirá con los negociadores estadounidenses para discutir los esfuerzos para garantizar la liberación de los rehenes aún en cautiverio.
La huelga general, junto con las manifestaciones masivas y la presión internacional, pone de relieve la urgencia y la complejidad de la situación en la región, mientras Israel lucha por encontrar una solución duradera al conflicto con Hamás y asegurar la liberación de los rehenes aún en manos del grupo militante.
