En el Medio Oriente ha crecido la tensión y al parecer es inevitable un nuevo enfrentamiento bélico entre Israel y Hezbolá, la organización libanesa que es una de las mayores enemigas del Estado israelí desde 1982. Los dos bandos ya tuvieron una guerra en 2006.
Desde el pasado 7 de octubre de 2023 la región ha estado en alerta debido a un nuevo conflicto entre Israel y Hamás, pues el grupo radical palestino lanzó una ofensiva sorpresa en la que fallecieron alrededor de 1.200 personas en el sur de Israel.
Debido a esto, el gobierno israelí desató una feroz respuesta militar que hasta el momento ha dejado 40 mil muertos aproximadamente y el 60 por ciento de la Franja de Gaza en ruinas, de acuerdo con las cifras de las autoridades de la zona de la Franja controlada por Hamás.
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Como consecuencia de este conflicto, las tropas de Israel han extendido sus ataques más allá del territorio palestino y casi que a diario ha habido intercambio de fuego en Líbano, en la frontera común entre las dos naciones, pues según analistas internacionales, luego de lo ocurrido en octubre de 2023, Israel se sintió vulnerable en todas sus fronteras, tanto en Gaza, donde opera Hamás, como en el norte donde hace presencia el grupo Hezbolá.
Esta organización es un partido político islamista chiita que ejerce un gran poder en el Líbano, tanto así que tiene poder de veto en el gabinete.
Más allá de lo político, también es un grupo paramilitar que es respaldado por Irán. Desde el año 1992 es dirigida por Hasan Nasrallah y actualmente es la fuerza militar más poderosa de la nación árabe.
Durante esta incursión israelí, Líbano estaba librando una Guerra Civil, y ese conflicto provocó que algunos líderes chiitas se separaran del Movimiento Amal, una de las milicias musulmanas más importantes en su momento. Este grupo recibió apoyo de la Guardia Revolucionaria de Irán y algunos lo bautizaron como el Amal islámico.
Otros grupos se unieron y en 1985 Hezbolá anunció oficialmente su creación publicando una carta abierta identificando a Estados Unidos y la Unión Soviética como principales enemigos del Islam. En medio de ese manifiesto también declaró la destrucción de Israel como un objetivo clave.
“Este enemigo es el mayor peligro para nuestras generaciones futuras y el destino de nuestras tierras, particularmente porque glorifica las ideas de asentamiento y expansión iniciados en Palestina”, decía la carta publicada en su momento.
Gracias a sus enfrentamientos con Israel, el grupo aumentó su fama en los chiitas libaneses, haciendo que en la década de los 90, luego de que el ejército sirio acabara con la Guerra Civil Libanesa, combinara su faceta militar con lo político.
En el año 1992 participó por primera vez de los comicios nacionales, en donde obtuvo más escaños que cualquier otro partido, llegando a ocupar posiciones de gobierno.
Hezbolá logró que en el año 2000 Israel retirara sus tropas de Líbano, sin embargo, ya la comunidad internacional encabezada por Estados Unidos y la Unión Europea lo catalogaba como un grupo terrorista por la alianza que había entre esta organización y el grupo palestino Hamás.
Su líder, Nasrallah, aseguró en el 2021 que esta organización contaba con 100 mil combatientes, sin embargo, otras fuentes estiman que sus tropas están compuestas con 20 mil o 50 mil hombres.
Desde el Departamento de Estado de Estados Unidos se ha hecho un seguimiento a su financiación, en donde indican que desde Teherán, capital de Irán, se le brinda la mayor ayuda política, diplomática y económica.
También han acusado a Hezbolá de financiarse del tráfico de drogas, aunque desde esta agrupación han rechazado dichas acusaciones alegando que “está religiosamente prohibido fabricar, vender, comprar, contrabandear y consumir drogas”.