Robert F. Kennedy Jr., abogado y activista medioambiental, controversial por sus afirmaciones sobre la salud pública que a menudo son desacreditadas por la ciencia, asumirá el cargo de Secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos en la futura administración del presidente electo Donald Trump el próximo año.
Una de las posturas más cuestionadas de la carrera del sobrino del expresidente estadounidense John F. Kennedy es su oposición a las vacunas.
Según la organización estadounidense Fact Check “en repetidas ocasiones, Kennedy ha tergiversado o distorsionado la ciencia sobre la pandemia o las vacunas contra la COVID-19”, además de haber estado en contra de los confinamientos para prevenir los contagios debido a que los consideraba como un “ataque” a la clase media.
En 2023, Kennedy había afirmado en una conferencia de prensa en Nueva York que “existe el argumento de que el COVID-19 está dirigido a grupos étnicos. El COVID-19 ataca a ciertas razas de manera desproporcionada”, había dicho el político según reveló el New York Post. “El COVID-19 está dirigido a atacar a los caucásicos y a los negros. Las personas que son más inmunes son los judíos asquenazíes y los chinos”.
En ese mismo año, el excandidato presidencial también descalificó la eficiencia de las vacunas contra este virus. “Todos los científicos, en un momento dado, creyeron que la vacuna contra el COVID prevenía la transmisión”, afirmó. “Yo les dije que no, que no previenen la transmisión, porque leí los estudios con monos de mayo de 2020 y vi que la concentración del virus en la faringe nasal de los monos vacunados era idéntica a la de los monos no vacunados”.
Además, había citado un estudio de la Clínica Cleveland que según él demostraba que “cuantas más vacunas se reciben, más probabilidades hay de enfermarse y que las personas que están más vacunadas tienen 3,5 veces más riesgo de enfermarse que las personas que no están vacunadas. Por lo tanto, ese no es un buen perfil para, ya sabes, un producto médico”.
Según estimaciones de Fact Check, que ha seguido de cerca al político durante años, Kennedy ha estado en contra de las vacunas desde al menos el 2005.
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Según Kennedy, algunos antidepresivos podrían estar vinculados a un aumento en los tiroteos escolares, argumentando que estos medicamentos pueden influir en la conducta violenta de quienes los consumen.
Por otro lado, Kennedy también ha planteado que ciertos herbicidas, como el glifosato, podrían tener un rol en el aumento de personas jóvenes que se identifican como transgénero, sugiriendo que la exposición a estos químicos podría estar influyendo en su desarrollo endocrino y genético.
Además, defiende teorías que relacionan la radiación de tecnologías como Wi-Fi y 5G con el cáncer y otros trastornos. “Muéstreme un estudio que diga que el 5G es seguro (...) Muéstreme uno, porque puedo mostrarle 10.000. No es una hipérbole. 10.000, incluido un estudio de 28 millones de dólares. Provoca cáncer. Provoca disfunción del ADN. Penetra la barrera hematoencefálica. Está haciendo que nuestros niños sean más estúpidos y más enfermos”, había asegurado Kenedy según resumió The Globe and Mail en 2020.
Según la OMS, “tras numerosas investigaciones, no se ha podido establecer una relación causal entre la exposición a tecnologías inalámbricas y efectos adversos para la salud”. La máxima autoridad sanitaria afirma que en cuanto al 5G no se prevén consecuencias para la salud pública.
Kennedy también ha generado controversia por sus comentarios sobre la epidemia del SIDA. En un discurso de 2023, afirmó que las primeras muertes durante la epidemia fueron en su mayoría causadas por el uso de “poppers” (inhalante legal en EE. UU.), sugiriendo que este factor estaba relacionado con la transmisión del VIH.
Aseguró que se trataba de personas que “formaban parte de un estilo de vida gay en el que consumían todo lo que podían” y “tomaban muchas drogas inyectables”.
La idea de que los poppers podían ser una vía de contagio del SIDA surgió durante los primeros años de la epidemia del VIH/SIDA en los años 80, cuando había un desconocimiento general sobre cómo se transmitía el virus.
En ese tiempo, los investigadores intentaban identificar posibles causas y factores de riesgo asociados a la enfermedad, y los poppers eran comunes en ciertos círculos de la comunidad gay.