No solo se habla de la intensa carrera que hay entre Donald Trump y Kamala Harris por la presidencia de Estados Unidos, también mencionan sobre lo caldeado que está el Congreso estadounidense con las elecciones este martes al Senado y Cámara de Representantes.
La diferencia entre las presidenciales y las legislativas es que estas últimas se celebran cada dos años. Los votantes eligen a un tercio (32) de los senadores y a todos los 435 miembros de la Cámara.
Las encuestas nos han mostrado la estrecha diferencia de intención de voto entre republicanos y demócratas, que vienen siendo los partidos más grandes del Congreso. Los integrantes de la Cámara son la representación de sus habitantes en cada Estado federal y tienen la tarea, entre otras, de implementar los impuestos.
Montana, Ohio y Virginia Occidental son territorios tradicionalmente republicanos, pues fue ahí fue donde Trump ganó las elecciones de 2016. Pero ahora, en Florida y Texas deben tener cuidado, porque en esos estados ganarían los demócratas al Senado.
Hakeem Jeffries tomó un nuevo liderazgo con la salida de Nancy Pelosi del Partido Demócrata, pero tal parece que los republicanos tendrían una leve ventaja en la Cámara, según lo revelado en las encuestas.
Entérese: Trump es una “amenaza para la democracia”, advierte el consejo editorial del New York Times a días de las elecciones de EE. UU.
No se debe subestimar las elecciones legislativas, ya que la distribución del Senado y la Cámara en el Congreso influirá directamente conla capacidad de un mandatario para gobernar.
El expresidente republicano y la vicepresidenta demócrata llamaron desesperadamente a los estadounidenses a acudir a las urnas. “¡Vamos a votar! ¡Vamos a ganar ¡”, gritó Harris en Pensilvania que, con 19 votos electorales en juego, es el más importante de los siete estados clave, en los que ningún partido tiene el voto asegurado.
“Estados Unidos está preparado para un nuevo comienzo”, afirmó e insistió en que si gana será “una presidenta para todos los estadounidenses”.