A 38 días de los comicios presidenciales en Estados Unidos, el mandatario Donald Trump, quien aspira a la reelección, dejó ver que no está dispuesto a realizar un traspaso de gobierno con su contrincante Joe Biden, quien por ahora puntea en las encuestas como el favorito a ser el inquilino de la Casa Blanca por los próximos cuatro años.
Esta vez la controversia comenzó en una rueda de prensa del miércoles, cuando fue consultado sobre si está abierto a realizar una transición pacífica del poder. Trump se limitó a responder: “Tendremos que ver qué pasa”. Ese afirmación se suma a una lista de declaraciones que cuestionan la transparencia de los comicios.
Hoy, el discurso del mandatario está centrado en restar importancia al voto por correo postal, una metodología por la que sufragarán el 37 % de los norteamericanos, según una encuesta de Quinnipiac University. Ese mismo estudio da cuenta de que otro 15 % de los ciudadanos aún no ha definido si participará de manera presencial o por correspondencia.
“Desháganse de estas papeletas y será muy pacífico, no habrá transferencia del poder, será una continuación”, afirmó el republicano esta semana. Las ‘papeletas’ son los tarjetones que llegan a las casas para que las personas marquen su decisión y luego envíen ese documento, nuevamente, por servicio de correo. Además, en agosto aseguró que, si los demócratas ganan, es porque “cometen fraude”.
Justamente, las encuestas indican que Joe Biden cuenta con el 50 % de la intención de voto, mientras que la de Trump está en 43 %, según el promedio de sondeos que hace Real Clear Politics. Estudios como el de NBC News y otro de Quinnipiac University van más allá y estiman que las opciones de que los demócratas se queden con la Casa Blanca están entre el 51 % y el 52 %.
Retórica contra los comicios
Cristian Rojas, director del programa de Ciencias Políticas de la Universidad de la Sabana, considera que esa negativa del republicano de plantear una transición se traduce en que está enviando el mensaje de que ganará las elecciones. “Un candidato no dice nada distinto porque no puede mostrarse como un posible perdedor”, explica.
Rojas ejemplifica que, si se le pregunta a Biden si está abierto a liderar la oposición, probablemente no aceptaría hacerlo, porque su meta es estar en la Casa Blanca. “Criticar el voto por correo también hace parte de la retórica de su campaña para, eventualmente, cuestionar los resultados, porque en realidad no hay posibilidades de fraude en la elección de noviembre”, sentencia.
No hay que olvidar que en julio el mandatario planteó aplazar los comicios, una propuesta sin precedentes que ni siquiera apoyó todo el Partido Republicano y que le habría dado tiempo para recuperar la economía que está golpeada por la pandemia, con una tasa de desempleo del 8,4 %, según el Departamento de Trabajo.
Ese tipo de planteamientos contra el sistema de votación empieza a tener efectos en los electores. El estudio de Quinnipiac University también reseña que el 57 % de las personas que planean votar de forma presencial respalda a Trump, mientras que la mayoría (68 %) de los que considera enviar su sufragio por correo está con Biden.
Desde mediados de este año, cuando la economía empezó a sentir los embates de la pandemia y los casos de coronavirus alcanzaron cifras récord, –casi 7 millones de contagios y más de 978 mil decesos– el mandatario comenzó a difundir una retórica contra las elecciones de las que hoy se ven sus frutos: las fracturas.
David Castrillón, experto en política estadounidense de la Universidad Externado, recuerda que el republicano ganó en 2016 gracias a un mensaje polarizante, y considera que el contexto político actual podrá llevar a más controversias hasta que llegue esa primera semana de noviembre en la que se definirá el futuro de la nación.
“Su discurso es más divisorio que antes. Él espera conseguir avances en los próximos días para mostrarse como el presidente de la ley y el orden que el país necesita. Eso lo favorece frente a públicos conservadores o cuando se presenta ante la población blanca de los suburbios”, afirma.
Trump también exhibe victorias recientes como los acuerdos de paz que Israel firmó con sus vecinos de Medio Oriente, el acelerado trabajo para recuperar la economía –con una tasa de desempleo que alcanzó el 13,3 % en junio, según el Ministerio de Trabajo– pero que ahora da muestras de recuperación.
También lo hace a través del tema que por estos días marca la agenda: la elección de un nuevo magistrado de la Corte Suprema. Nada más ayer, cuando acudió a las exequias de la jueza Ruth Bader Ginsburg, fue abucheado por los asistentes. “Voten para sacarlo”, gritaron voces a las afueras del funeral, una escena que demuestra las hostilidades que se desencadenan a su alrededor.
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semanas faltan para las elecciones presidenciales de Estados Unidos.