Walter Vargas se vio obligado a bajarse de la bicicleta hace dos años porque tenía otra responsabilidad y no quería descuidarla.
Pero luego, cuando se sintió con la confianza de sostener las cargas de trabajo, corrió a gran velocidad para retomar el deporte de sus amores.
Le costó volver, no lo oculta, pero el talento que tenía dormido despertó gracias a las ganas de salir adelante, sumado a la paciencia y constancia, remedio para volver al lugar donde siempre soñó estar.
Ahora, el estudiante de quinto semestre de Ingeniería Electrónica de la Universidad de Antioquia, empieza a recoger los frutos, tras ser cuarto en la Vuelta de la Juventud Colombiana en la presente temporada.
Lleno de ilusión, esa que se evidencia en su mirada y palabras, el corredor, que hace parte del escuadrón Rionegro con más Futuro, viene dando la pelea en su primera Vuelta a Colombia-Supérate, en la que tiene la mente puesta en terminar en los puestos de honor en la categoría sub-23.
El hijo de Joaquín Vargas e Ismelia Alzate sabe que no es fácil, conoce a los rivales, entre ellos el líder de la carrera en su categoría Aldemar Reyes (GW-Chaoyang), y a todos los respeta. Pero indica que también tiene condiciones para hacer la diferencia. De hecho ha estado en la pelea contra ellos, pero muchas veces ayudar a sus colegas le ha costado tener que perder tiempo, no obstante se esfuerza para recuperar el terreno perdido.
Por el momento se ubica quinto en esa clasificación particular de los jóvenes, a 22 segundos de Reyes, por lo que su sueño está aún latente. En esta su primera Vuelta figura 61 en la general, a 27.21, siendo también cuarto entre los novatos.
El pupilo del director deportivo Jaime Rivera y el entrenador Marlon Pérez, trabaja en equipo, argumenta que si él no logra pelear el título, aportará su grano de arena para que sus otros cinco compañeros logren estar en el podio final.
“El ciclismo siempre trae oportunidades, por lo que me mantendré luchando y poder celebrar en algún momento”, dijo Walter Vargas, de 1.83 metros de estatura y quien salió de la escuela que lleva el nombre del que fuera uno de los más destacados gregarios del ciclismo antioqueño, Juan de Dios Fajardo -es auxiliar del equipo rionegrero que está en la ronda nacional-, en El Carmen de Viboral, su lugar de nacimiento.