Decenas de artículos que en su momento colmaron de lujo las casas y haciendas de los capos de la mafia, hoy son solo piezas polvorientas con las que las autoridades ya no saben qué hacer.
Muchos de estos bienes permanecen en bodegas a la espera de que el tiempo se encargue de deteriorarlos y otros son exhibidos en museos. Entre los objetos que llaman la atención por su altísimo valor se encuentran exclusivas armas con detalles en oro y teléfonos muy costosos para la época en que se usaron.
A todo esto se suman porcelanas con oro y bronce, relojes en oro y gafas de sol de marcas exclusivas.
Según Pedro Álvarez, funcionario de la Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE), los procesos de venta de estos objetos singulares se caen, en su mayoría, por falta de oferentes.
En otras oportunidades son solicitados en préstamo para acciones sociales, aunque pedirlos resulta largo y engorroso. Los únicos bienes que se venden inmediatamente son los químicos (que los narcos tenían para elaborar sustancias ilegales), cuyo dinero va al Fondo para la Rehabilitación, Inversión Social y Lucha contra el Crimen Organizado (Frisco). Este Fondo, por ley, es utilizado para desarrollar proyectos sociales y combatir el narcotráfico.
La última palabra en cuanto a la destinación del dinero recaudado la tiene el Consejo Nacional de Estupefacientes, integrado por ministros y directores de los órganos de control al narcotráfico. En este proceso entran los lingotes de oro, los objetos en plata y, claro, la moneda extranjera.
Algunos de los artículos más llamativos están en manos del Museo de la Policía, en Bogotá (foto principal), en calidad de préstamo.
Allá, desde hace unos siete años, se exhibe una moto Harley Davidson 1.100 CC, que fue propiedad de Carlos Álzate Urquijo, alias "El Arete", primo hermano de Pablo Emilio Escobar Gaviria.
La moto tiene grabados en oro en la tapa del motor, en el espejo retrovisor y en el medidor del aceite, además, lleva taches en plata en distintas partes de la silla.
El vehículo fue incautado por las autoridades afuera de una prestigiosa discoteca de Medellín, en 1993. A ese lugar llegó la Policía solicitando los documentos de la moto y nadie dio razón de ella. Solo las investigaciones y testimonios recopilados pudieron establecer que el propietario era "El Arete", capturado posteriormente.
En el Museo también está exhibido material de guerra. Muchas de las armas, para la época de los hechos, eran propiedad exclusiva del Cartel de Medellín; ni siquiera las Fuerzas Armadas del Estado las portaban.
Uno de los objetos que más llama la atención es la pistola 9 mm que Escobar Gaviria guardaba en su tobillo izquierdo. Es de color plata y de fabricación italiana y su extensión no supera los 6.25 centímetros.
Otras dos pistolas niqueladas, una Browning 9 mm y otra Colt 45, de Gonzalo Rodríguez Gacha, "El Mexicano", hacen parte de la exhibición.
Un rasgo característico en estos objetos son los grabados en oro, las herraduras, las cabezas de caballo, o marcas en el gatillo. También hay fusiles como el A15 calibre 5,56 mm, otra exclusividad de los narcos de los 90.
Un teléfono móvil marca Nacional, que portó Pablo Escobar en sus últimos días y con el cual se comunicaba con su familia, el mismo que produjo su caída, hace parte de las piezas de museo. El dato curioso lo marca el que para la época solo existían en el mundo cuatro teléfonos como ese.
El beeper que usaba Escobar también quedó en manos de las autoridades; carga la misma historia que el teléfono móvil, pues ese modelo ni siquiera había llegado a Latinoamérica.
Una mesa tipo caleta, en donde Escobar guardaba droga, armas y el dinero en efectivo, también está en el Museo de la Policía. De ese y otros artículos se ha dicho, incluso, que el narcotraficante mandaba a matar a los carpinteros luego de entregar los trabajos para los cuales eran contratados. Esa sería la forma de preservar sus secretos.
En la DNE hoy varios grupos de objetos muestran la abundancia de lo que cada capo podía llegar a tener. Uno de éstos tiene el nombre de Elizabeth Montoya de Sarria, alias "La Monita Retrechera". De esa colección hacen parte los 120 pares de zapatos de todas las formas y colores imaginables.
También hay esculturas en bronce incautadas en algunas de sus propiedades, al igual que muebles de estilo Isabelino, una mesa de billar y cubiertos aparentemente de oro, a los que aún no se les ha hecho la verificación de autenticidad. Entre los objetos más extravagantes de la "Monita retrechera" está un comedor en vidrio empotrado en tres colmillos originales de elefante. Los mismos colmillos de una mafia extravagante.
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