Hay una amplia gama de estudiantes: el brillante, el que siempre llega tarde, el consagrado, el más puntual... Sin embargo, solo hay una característica que marca la diferencia cuando de rendimiento se trata: la pasión por complementar los conocimientos vistos en clase ya sea en la biblioteca, compartiendo puntos de vista con los compañeros o en el infinito universo virtual. Las opciones están a la mano de cualquier persona, incluso sin salir de la universidad. “En el salón de clases se reconocen estos estudiantes por su participación, las preguntas que hacen, por la forma en que presentan los trabajos, por su asistencia, son detalles fáciles de reconocer. Es igual que un jefe, él ve si sus empleados están ahí por estar o porque les gusta lo...
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