Heridos, aficionados con puñaletas y otras armas, personas que se lanzaron desde el segundo piso y otros que fueron lanzados, son algunas de las cosas que se vieron en las tribunas norte y occidental.
Corría el minuto 54 del partido entre Atlético Nacional y Junior, por la fecha 10 de la Liga Betplay-2 y lo que era un partido de fútbol se convirtió en una pesadilla.
Así lo narra un fotoperiodista de EL COLOMBIANO, quien cuenta, en primera persona, lo que vivió en el escenario deportivo.
La verdad sí había mucha angustia porque en occidental había muchos niños, mujeres, adultos mayores, hasta familiares de los jugadores que estaban desesperados con lo que estaba pasando. Fue tanto el nivel de agresión que unos jugadores de Junior se metieron entre un grupo de hombres y rescataron a un hincha que salió bastante herido.
La angustia era muy alta, y los de seguridad nos hicieron correr hasta la mitad del campo, diciéndonos que esperáramos que todo se calmara, mientras que desde las otras tribunas las personas no se movían de las graderías.
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Hubo un momento cuando alcanzamos a ver cómo desde la tribuna sur algunos se lanzaron a occidental y se fueron en busca de los hinchas de Junior que invadían esa tribuna.
Mientras estábamos en la mitad del campo, alcanzábamos a escuchar las detonaciones y como en la parte interna del estadio seguía la turba. Es que los pasillos de evacuación tienen unas zonas que son bastante angostas, entonces los hinchas de Nacional bajaron para esperar a los del Junior que eran sacados del estadio, y ahí fue cuando el Esmad intervino, pero todo ya estaba descontrolado.
Tras el caos y ya con la decisión de la suspensión del partido, nos quedamos en el centro del campo hasta que los de seguridad nos permitieron salir del estadio. Era casi la medianoche cuando pudimos abandonar el Atanasio, pero adentro la Policía cuidaba a los hinchas de Junior que finalmente salieron escoltados en buses, luego de las 2:30 a.m., según escuché esta mañana”.
Así, para él, terminó un día de trabajo, del cubrimiento de un partido, en el que los goles y las jugadas quedaron en el olvido, pues todo pasó a un segundo plano por culpa de los violentos.
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