En junio de 2020, Laurence des Cars (en la foto) dirigía dos instituciones culturales en Francia: el Musée d’Orsay y el Musée de l’Orangerie, ambos en París. Con el turismo absolutamente caído y el miedo al covid-19 aún muy latente tras los primeros meses de cierre en todo el mundo, la líder cultural abrió en junio de 2020 el Orsay, con cautela, pero buenos resultados (considerando la situación y los límites de aforo). l’Orangerie lo abrió un poco después, en septiembre, con una exhibición dedicada a Giorgio de Chirico.
Con dos museos en mente, en medio de una pandemia y entre la incertidumbre, sabía que lidiaba con un reto inmenso pero “tratamos de ser tan optimistas como podemos, siempre estamos pensando en escenarios y opciones. Paso mi tiempo pensando en la opción A, B, C y D, como cualquier líder de cualquier institución cultural del mundo en estos momentos”, compartió en una conversación con el medio estadounidense, The Brooklyn Rail en septiembre de 2020.
Menos de un año después, en mayo de 2021, Des Cars fue designada para ser la presidenta del Museo de Louvre, que tiene 228 años de historia. Es la primera vez, en más de dos siglos, que el museo más visitado de Francia, y uno de los más importantes del mundo, tendrá a una mujer como cabeza. Asumirá su nuevo rol a partir del 1 de septiembre de este año.
Tendrá que seguir buscando caminos ante la incertidumbre, ya que la crisis provocada por la covid-19 redujo la cantidad de visitas al lugar en más del 70 % y pérdidas millonarias.
Lo que significa
El nombramiento ha sido noticia empezando por el hecho de que el Louvre, explica la curadora y arquitecta Lucrecia Piedrahita, “representa la institución del museo nacional por excelencia”. Creado por Napoleón allí encontraron su hogar colecciones francesas, además de las que llegaban de las conquistas napoleónicas.
“Tenía una frase clara: una gran nación tiene que tener un gran museo. Por eso representa el ADN de toda la cultura francesa y además el espejo donde se ha mirado la historia de la museología y la del coleccionismo”.
Añade que, a pesar de los años, es un espacio que se ha mantenido vital y vigente y que ha creado toda una “ciudadela cultural” en torno a él. Desde los souvenirs hasta otras propuestas gastronómicas y artísticas van enlazadas allí, institución que además fue importante en el proceso de formación de Des Cars, pues estudió tanto en la Sorbona como en la Escuela del Louvre.
“En el caso de los grandes museos del mundo es muy simbólico que una mujer los dirija, porque en el Museo del Prado o el Reina Sofía (españoles) no ha habido ninguna mujer”, destaca María del Rosario Escobar, directora del Museo de Antioquia. “Llega una que, además, no solo viene por su condición de género sino también por la apuesta política que ha hecho en el Musée d’Orsay” y en otros espacios por donde ha pasado como curadora y como líder.
De acuerdo con el Ministerio de Cultura de su país, una de las misiones que tendrá a cargo, además, será la de "reafirmar la vocación universal del primer museo del mundo con el diálogo entre el arte antiguo y el mundo contemporáneo como una de sus prioridades".
Ella ha permitido “la conexión con los artistas contemporáneos y con el museo en presente”, añade Escobar. “Si uno va a Francia siente el cambio de esos museos por los que ella pasó. Creo que será maravilloso ver el tiraje que puede hacer sobre el guion del Louvre y asistir a esa transformación”.
En una entrevista para el diario El País de España, afirmó que los museos no podían ser un lugar aislado, “dedicados solo al turismo o la contemplación estética”. Esperaba que fueran lugares que no temieran a ser políticos. Para la emisora France Inter dijo, apenas se hizo público su nombramiento, que el museo que ahora estará a su comando tiene una vocación universal, “y eso es lo que me interesa. El Louvre puede ser plenamente contemporáneo, puede abrirse al mundo de hoy mientras nos habla del pasado”.
Más cerca
Para Piedrahita, quien también dirigió el Museo de Antioquia, los referentes son fundamentales para quienes están en el camino de la dirección de instituciones culturales. Para ella, este paso lo que hace es “ratificar el poder femenino para la gestión, desde recursos económicos, que los necesita una máquina de cultura como es el Louvre. También lo que hace es hacer visible la cantidad de ellas que tras paneles han estado trabajando por siglos en los museos”. Además se destacan, “aquellas absolutamente preparadas, intelectual y académicamente y con dominio de varios idiomas”.
En Europa, añade, que es muy extraño encontrarlas dirigiendo museos. “En este caso, creo que el Museo de Louvre está democratizando el espacio de cultura para las mujeres”.
Hay, sin embargo, una comparación particular. En un país como Colombia, los principales museos son dirigidos por mujeres y así ha sido por varias décadas. “En la cultura y, sobre todo, en los museos hemos estado nosotras al frente. Es un reto gigante”, dice Ana Lucía Llano, directora del Museo La Tertulia en Cali.
En el caso de su museo, fue pionera Maritza Uribe de Urdinola, “ella tenía claro, en los años 50, cuando se inaugura La Tertulia, que ese era el campo que nos habían dejado los hombres y es el que hemos empezado a llenar con éxito”. Destaca que ha sido a punta de gestión, pasión y convicción de personas como Maritza Uribe que se ha pulido ese sueño.
Según María del Rosario Escobar, en el caso colombiano hay que revisar de manera crítica la presencia femenina en los museos (ver análisis). Si bien desde la década de los 40 hasta hoy las que han dirigido espacios como el Museo de Antioquia son mujeres, ella siente que hay que mirarlo con una óptica distinta: pues puede ponerse en tela de juicio si la idea de museo se ha visto en este país como un espacio “de entretenimiento, más que como un lugar de acción política” y quizá es por eso que desde las juntas directivas se ha pensado más en abrir esos espacios a ellas más que a los hombres, se aventura a preguntarse.
Piedrahita finaliza explicando que en Europa un museo como el Louvre es una multinacional (tiene varias sedes) y en ese continente se ha tenido una consciencia de que ese tipo de proyectos culturales deben tener una mano del gobierno. En América Latina no ha sido así e históricamente la mujer ha asumido un rol de figura femenina en un espacio en el que “se entendía el museo como la casa de todos”. Apuestas se han hecho desde las diferentes entidades museales que han abierto el concepto
228
años de historia tiene el Museo de Louvre que fue fundado por Napoleón.
9,6
millones de personas visitaron el Museo de Louvre en París en 2019.