Como tantas otras historias, esta da un vuelco en la frontera, en el desierto de Sonora, que a un lado es México y al otro Arizona (Estados Unidos). Del primer lado, una madre y un hijo huyen de la persecución de un cartel, mientras del otro un marine retirado y en la ruina económica y emocional busca una manera de subsistir y de encontrarle algo de sentido a la vida.
La historia de El Protector (The Marksman), con Liam Neeson como actor principal, se gestó bajo la mirada del director Robert Lorenz, quien trabajó de la mano de Clint Eastwood como asistente de dirección en Million Dollar Baby y Mystic River.
“Es efectivamente una película de frontera, que presenta personajes característicos de un lado y del otro, pero finalmente la idea es que todos son más parecidos de lo que pensamos, sin importar en dónde nacemos. La verdad es que las circunstancias terminan marcando quiénes somos y cómo nos comportamos”, cuenta el actor Juan Pablo Raba a EL COLOMBIANO, vía videollamada. Raba interpretó el papel de Mauricio, jefe del cartel que perseguía a Rosa y a Miguel, quienes huían de México por el desierto ante las amenazas del grupo en esa ficción.
Jim, el marine al que Neeson da vida en esta cinta de acción, “al no tener dinero ya no tiene cómo pagar las hipotecas de su rancho y el Gobierno se lo va a quitar”, cuenta. Al toparse un día con madre e hijo en la frontera, se trastoca su propósito.
Del otro lado está Mauricio, un hombre adulto, altanero, “a quien probablemente llevaron, lo entrenaron y creció para ser soldado de un cartel”, y quien amenaza a Jim si llega a ayudar a los migrantes.
“Los dos personajes terminan pareciéndose en algo y es que los ambos tienen una misión. Jim tiene la misión de salvarle la vida a ese niño y llevarlo con su familia, Mauricio tiene la misión de agarrarlo y llevarlo de vuelta a su lugar de origen porque le parece injusto que ese niño vaya a tener una opción cuando él no la tuvo”, apunta Raba, a quien Lorenz le pidió que hiciera el papel.
Con malas experiencias previas con un personaje similar, Raba no aceptó inicialmente. El director le dio la oportunidad de darle miradas más hondas “para que no fuera solamente un villano en blanco y negro, para que hubiera algo más y fuera realmente un ser humano que se cuestiona”.
Además, se sumó la oportunidad de trabajar al lado de Neeson, “que es uno de mis grandes héroes de la vida”. Aceptó y la película se estrenará hoy, 15 de junio, con la reapertura de las salas de Cine Colombia.
Además del estreno, Juan Pablo Raba profundizó sobre cómo percibe las oportunidades para actores latinos allá, al otro lado de esa frontera.
Cuándo realmente lo emociona un proyecto, ¿qué es lo que busca?
“Que sea un reto realmente, casi que me dé un poquitico de miedo. Eso me gusta, ¿sabes? Que me saque de la zona de confort permanentemente, que me ayuden a crecer. Yo hago una analogía entre la carrera y una escalera: uno simplemente va subiendo peldaños y hay proyectos que hacen que te quedes en un mismo peldaño, otros que subas varios y unos más que bajes, también puede pasar. Trato de tener todo eso en cuenta. Los proyectos en los que hay un poquito de miedo, que representan un gran reto, son los que terminan significando un ascenso en esa escalera que es la carrera, de alguna forma u otra. Cuando he aceptado proyectos por las razones equivocadas, normalmente no hay un avance ni cualitativo ni cuantitativo”.
Sin conocer mucho del pasado de Mauricio, se intuye que la familia puede ser su eje, pero además él está convencido de que el cartel es su familia. Al entrar a conocer a este personaje, ¿qué descubrió que movía las acciones de Mauricio?
“La decisión que tomé con este personaje es que iba a ser un militar. Cuando empecé a investigar sobre las alas militares de los nuevos carteles de la droga descubrí un mundo sumamente interesante. Al igual que en su época con nuestras guerrillas en Colombia, viene gente de todas partes del mundo a entrenarlos y terminan haciendo unos pequeños ejércitos. Para mí, más allá de la familia, había un sentimiento de deber y de cumplir la misión para él. En la primera escena en la que el personaje de Liam Neeson le dice a mi personaje que no es un soldado, el personaje se lo toma muy a título personal, se siente irrespetado. Todo el viaje de mi personaje en la película tiene que ver con eso, cómo dos soldados empiezan a conocerse y él termina respetando profundamente a este otro soldado interpretado por Liam, pero tú hablas de la familia y cualquier grupo militar o un ejército tiene un comportamiento familiar porque terminan entre todos pasando por las peores situaciones y por las alegrías más grandes y eso es finalmente lo que identifica a una familia. Entonces esa fue la directriz que decidí darle al personaje para esta película”.
Ha dicho que Liam Neeson había visto esa disposición para seguir haciendo proyectos que no dejaran de lado esa cara humana, ¿de qué manera vio eso?
“Primero que todo, es una persona supremamente presente. Es una persona que te oye, que te mira y lo hace con profundidad y empatía. Así un guion pueda ser el más fantástico del mundo, cuando otras personas lo leen y entran a tener otro tipo de preguntas, las cosas cambian y una figura como Liam es fundamental para que las cosas cambien y evolucionen. Él estaba un poco preocupado porque no quería que hiciéramos una película de lo que en Estados Unidos denominan white savior, un salvador blanco. Esa persona que llega y que por el hecho de ser de Estados Unidos y ser blanca sabe más que los demás. Entonces nos sentamos y hablamos mucho del guion y la escena final la cambiamos completamente trabajando con él. Trabajamos profundamente en qué queríamos decir los dos con nuestros personajes. De ahí salió el final que tenemos ahora, se lo presentamos a Robert y él, con un espíritu colaborativo y generoso, nos permitió hacer esos cambios”.
Lin Manuel Miranda afirmaba para Remezcla que se está haciendo más difícil ignorar a los latinos en Hollywood. ¿Cómo percibe usted eso?
“Creo que vamos por buen camino y como dice Lin Manuel, efectivamente es difícil ignorarnos, creo que somos una fuerza y una potencia reconocible y presente, nuestro aporte es cada vez más valioso. Sin embargo, creo que todavía nos faltan un par de décadas, ojalá sea una, de que realmente seamos incluidos y tenidos en cuenta de forma amplia y generosa. Creo que el cambio va a venir cuando se reconozca que simplemente los latinos son una fuerza grande en el mundo y podemos interpretar cualquier papel: el militar, el policía, el héroe de acción o el abogado de la comedia romántica. Ese es el gran paso, se está dando pero falta mucho. Esta no es una partida de damas, es una partida de ajedrez. Entonces es tarea de todos es hacer trabajos buenos, impecables, para que lleguemos a donde queremos estar