Después de que pasara un año y ocho meses encubierta en el barrio Santa Fe de Bogotá, la policía Kelly Rodríguez Elis, logró rescatar a 12 menores víctimas de explotación sexual. Las jóvenes, desde hacía poco más de un año, venían siendo sometidas por un grupo delincuencial en la zona, que se hacía llamar Las Vegas.
El grupo criminal, durante los últimos años, había conseguido consolidar una red de explotación sexual, conformada principalmente por jóvenes menores de edad, de nacionalidad venezolana, a quienes no solo las obligaban a sostener relaciones sexuales con hombres, a cambio de un plato con comida y un lugar en donde pasar la noche, sino que también eran víctimas de maltrato físico y psicológico, amenazas y en los casos en los que algunas de ellas quedaron en embarazo, fueron forzadas a abortar.
Según reveló la policía Rodríguez, el modo de operar de esta banda, empezaba por ganarse la confianza de las menores, brindándoles apoyo económico, para resolver sus necesidades inmediatas –comida, productos de aseo–, aprovechándose de su precariedad económica y laboral, para después ofrecerles supuestas oportunidades de trabajo.
Cuando las jóvenes aceptaban la oferta de trabajo, se daban cuenta de que estaban frente a una red de explotación sexual, y que les sería muy complicado escapar de ella. Eran encerradas en residencias y moteles, en donde les entregaban cédulas falsas, para justificar su presunta mayoría de edad, en caso de que las autoridades hicieran alguna inspección por los lugares en donde eran obligadas a pararse en la noche.
La patrullera que logró desmantelar esta red de explotación de menores lleva 11 años en la institución y hace parte del grupo de Delitos Sexuales de la Sijín de la Policía Metropolitana de Bogotá. En enero de 2022 inició su proceso de infiltración, con el fin de desarticular a “Las Vegas”, una de las principales redes que operaba en el barrio Santa Fe.
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“Me vestía como las mujeres de la zona para pasar desapercibida y así observar el entorno, lo que poco a poco me permitió identificar a las menores de edad que eran explotadas”, dijo Rodríguez para El Tiempo.
Todos los días iba hasta el lugar y se quedaba hasta altas horas de la noche recabando nuevas pistas y material que le permitiera muy pronto dar una orden de allanamiento al lugar, y que todas las jóvenes que estaban recluidas allí bajo amenazas pudieran ser rescatadas por las autoridades y llevadas a un lugar seguro.
Las jóvenes se paraban todos los días a las afueras de las casas en donde la red tenía las habitaciones para atender a los clientes, pero se hacían pasar por vendedoras de tinto, y así no levantar tantas sospechas. Y esas eran las zonas por las que la patrullera Rodríguez se paseaba en el día y la noche, vestida de manera similar, para parecer una habitante cualquiera del barrio.
En varias ocasiones, según relató al medio ya citado, integrantes de bandas de microtráfico que también habitan ese barrio, le exigieron que no volviera, o de lo contrario atentarían contra su vida. Situación que la llevó en varias ocasiones a pensar si debía abandonar su operación en el barrio Santa Fe. Es madre de una niña de 6 años, y producto de las dinámicas de su profesión, pueden pasar semanas enteras sin poderla ver.
“Las intimidaciones me llegaban a mi celular con regularidad, porque no era la primera operación que hacía”, recuerda la policía Rodríguez.
Toda esta situación de abuso sexual ocurría a unas cuantas calles del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación y las oficinas de los juzgados de Paloquemao. Hasta que tras varios meses encubierta, y un trabajo en conjunto con la Fiscalía General desde agosto de 2022, lograron rescatar a las 12 menores y consiguieron identificar y capturar a los 15 integrantes de la banda, conformada por colombianos y venezolanos.
Los responsables fueron puestos a disposición de un juez, quien los procesará por los delitos de proxenetismo, demanda de explotación sexual comercial con menor de 18 años y estímulo a la prostitución de menores. Además de que una de las once menores logró regresar con su familia a Venezuela, las demás están bajo custodia del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf).
Esta operación llevó a que la patrullera Kelly Rodríguez Elis fuera condecorada por la Policía Nacional, a través de su fundación Corazón Verde, quien le otorgó un importante premio en la categoría de “lucha contra la criminalidad y mantenimiento del orden público”.