EL COLOMBIANO reveló que más de 30 escoltas salieron de la seguridad presidencial y fueron removidos de sus cargos a mediados de junio, luego de que el Coronel Carlos Feria, jefe de protección presidencial (investigado por el caso de Marelbys Meza) le pidió el cambio a la Unidad Nacional de Protección.
La historia tiene que ver con una denuncia que los escoltas interpusieron a la Procuraduría por posible extralimitación de funciones de Feria, luego de que este le solicitó a Augusto Rodríguez el relevo.
Sin embargo, no se trató solamente de una “rotación” como lo publicó la UNP en un comunicado inicial, luego de que se conoció que el cambio correspondía esencialmente a los esquemas de Verónica Alcocer y Laura Sarabia.
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En realidad, a todos los escoltas que salieron de Presidencia de un momento a otro, dicen ellos, sin justificación, los expulsaron de sus cargos cuando pudieron haber sido asignados a otros esquemas.
Este diario buscó a Presidencia, de donde respondieron que los movimientos en los esquemas eran confidenciales por la seguridad del núcleo presidencial. También a la UNP, en donde la respuesta fue diferente.
Su director, Augusto Rodríguez, escribió un mensaje intimidatorio en el que advertía que podrían venir denuncias si se revelaba tal información que era de interés público. Y es que, justamente, cuando acudieron ante la Procuraduria, los escoltas afirmaron que su ‘injustificada’ salida estaba relacionada con la desconfianza del entorno de la primera dama frente a la UNP.
En la denuncia, los exescoltas, que acompañaron la seguridad del presidente Gustavo Petro desde que este era senador, le piden a la Procuraduría que se investiguen posibles seguimientos y violaciones a sus comunicaciones.
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Por seguridad, no se reveló el número de escoltas de la familia presidencial, de manera que no se sabe si los más de 30 que salieron son todos o apenas algunos del equipo de agentes que protege a los más allegados al mandatario.
La mayoría de ellos fueron echados y apenas un puñado continúan en la entidad por tener fuero sindical.
La respuesta inicial de la UNP estuvo dirigida a explicar los modelos de contratación de los exfuncionarios, que es a través de obra labor. “Los escoltas son suministrados por las empresas UT. Cuando son rotados regresan a esas empresas, que los asignan a otros esquemas, según las solicitudes que la UNP va realizando. Entre tanto, la UNP suministra las personas de protección que hizo la misma solicitud la Jefatura”.
La división en Palacio
El cambio de los más de 30 escoltas se dio además en un momento clave dentro de Palacio, en donde ha habido un evidente distanciamiento entre la primera dama, el equipo de Laura Sarabia y el director Rodríguez junto a otros funcionarios de entidades del Gobierno que son del primer círculo del presidente.
Esa división no fue confirmada únicamente por los propios escoltas, que argumentan que la razón de su salida está en ese llamado fuego amigo, sino que también lo confirmaron a EL COLOMBIANO cuatro fuentes independientes dentro de Presidencia.
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La denuncia de la primera dama, Verónica Alcocer, por una supuesta estrategia de difamación en su contra para vincularla con el escándalo de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (UNGRD)., señala que detrás de los supuestos chats que la mencionan estarían funcionarios dentro del Gobierno.
Allí aseguró que tiene todas las pruebas y que su equipo jurídico las entregará a las autoridades. Rodríguez negó la división y dijo que se trata de un intento de terceros por dividir al Gobierno desde afuera.
Sin embargo, este diario pudo conocer que Rodríguez se acercó al presidente hace algunas semanas para llevarle información que le parecía relevante y, tras ello, hubo una primera molestia de Sarabia y Alcocer.
En la queja a la Procuraduría, los escoltas también piden indagar por lo que consideran excesos en algunos peajes y gastos de los vehículos que les correspondí pagar a ellos directamente.
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