Luego de siete meses de congelamiento de conversaciones impuestos por el ELN, y 60 días de suspensión de parte del Gobierno, los bandos acordaron regresar a la mesa de paz en Caracas.
La cita será del 19 al 25 de noviembre, en medio de un paro armado orquestado por esa guerrilla en Chocó y un plan pistola contra la Fuerza Pública en Catatumbo. Frente a las expectativas sobre esta nueva fase, EL COLOMBIANO entrevistó a José Félix Lafaurie, miembro de la delegación del Gobierno en la mesa, quien respondió desde Punta del Este (Uruguay), donde participa en un congreso sobre ganadería.
¿Cómo fue el acercamiento para volver al diálogo con el ELN?
“Los esfuerzos que hizo el Gobierno, mucho antes del comunicado del ELN habilitando una reunión en Caracas, fueron múltiples, hasta cuando finalmente el Gobierno expide un comunicado en el que le expresa al ELN que los diálogos quedaban congelados hasta que no existiera una prueba inequívoca de paz. Luego el ELN dice ‘reunámonos en Caracas’ y le hace una larga lista de observaciones al Gobierno sobre la situación actual de las negociaciones”.
El ELN se queja de que el Gobierno no lo excluye de la lista de grupos armados organizados, ¿en esta nueva fase de negociaciones los van a excluir?
“No es posible, la ley no se lo permite al Gobierno. Usted no le puede pedir un imposible a la contraparte precisamente para inhabilitar el diálogo”.
¿Entonces hay que llevar un proyecto de ley al Congreso para considerarlos una organización rebelde, como piden?
“El tema no es solo ellos, no se olvide de que están en las listas de grupos terroristas, y eso tiene una serie de limitaciones importantes, y mientras ellos mantengan una actitud de estar desafiando a la sociedad con secuestros y violaciones a los derechos humanos, no va a ser fácil modificar la condición en que se encuentran”.
Otro punto crítico es la creación del fondo multidonante, ¿hay alguna salida para ese tema?
“Pero es que el fondo multidonante estuvo bien concebido y ellos lo aceptaron. Es un fondo destinado para atender gastos para la paz, lo que ellos pretendieron en su momento es que ese fondo les permitiera atender gastos operativos de una fuerza armada irregular, considerada como un grupo terrorista, y ni el presupuesto público nuestro ni el de los países garantes lo permite, pues podría tener consecuencias financieras y legales. Es financiar al terrorismo, usted no puede hacer eso”.
¿En este nuevo acercamiento se llegó a algún acuerdo sobre el frente Comuneros del Sur, la disidencia que se le formó al ELN?
“El comunicado no dice nada sobre ese tema ni sobre ninguno de los (temas) irritantes, si usted ve el comunicado del ELN (jueves pasado), tendría que ser explicado de una manera más rigurosa, porque no se entiende qué es el postcapitalismo, pero además dicen que no van a firmar con este Gobierno, sino que van a avanzar lo más que se pueda, entonces me parece que una voluntad inequívoca de paz no queda explícita en el comunicado. Ese comunicado no refleja lo que está esperando la sociedad de estos diálogos”.
Los diálogos los suspendió el Gobierno cuando el ELN hizo el atentado a la base militar en Arauca. Para retomarlos, ¿hubo algún compromiso de ellos de no volver a hacer esos ataques?
“Después de ese atentado contra la base militar, hubo un comunicado de la delegación exigiendo muestras de paz. Acto seguido, el ELN expidió un comunicado donde se queja de los temas que usted trae a colación, e invita al Gobierno a Caracas. Yo fijé mi posición, sosteniendo que a Caracas no debería ir toda la delegación sino un grupo reducido a conversar con ellos, para ver cómo se podían superar los temas irritantes que había en la negociación. Veo que todavía ese tema no ha quedado claro en el comunicado del ELN”.
¿Qué espera del ELN en esta nueva etapa de diálogos?
“Que hayan muestras inequívocas de paz. Una muestra inequívoca no es decir que hay que superar el postcapitalismo, eso lo tienen que explicar bien, porque tenemos una democracia fundada en un marco de libertades, entre ellas la iniciativa privada, la propiedad privada y todo lo que implican en una democracia liberal los derechos políticos y económicos. ¿Postcapitalismo? No sé qué traduce eso”.
¿Cuál puede ser una de esas muestras inequívocas de paz?
“No secuestrar, no extorsionar, no confinar poblaciones, no desplazarlas, dejar de usar el terror contra la población civil, porque de lo que se trata es de que haya un clima que permita que los diálogos avancen sin los cuestionamientos de sectores que están en jaque por el control territorial que ejercen en muchas zonas. Muestra inequívoca es lo que está avanzando con Comuneros del Sur, me parece que tiene más elementos de avanzar en la dirección correcta”.
Haciendo balance de lo bueno, lo malo y lo feo de dos años de conversación con el ELN, ¿cree que le ha servido al país?
“Hay una serie de acuerdos firmados, y ellos dicen que no firman nada que no puedan cumplir. Pero ellos firmaron que no iban a hacer retenciones económicas, pues las han seguido haciendo; el Gobierno ha sido generoso en dar una espacio a estas negociaciones, pero no hemos avanzado lo suficiente como para ver del otro lado del túnel una luz que permita hacer que estos caballeros dejen las armas y se integren a la vida civil”.
¿Y usted cree que antes de que finalice el gobierno de Gustavo Petro se pueda lograr algo concreto en ese sentido?
“Lo dice el comunicado que no, dice que van a avanzar lo más posible, pero no dice eso que usted está preguntando”.
Algunos analistas opinan que los diálogos han sido torpedeados por el comandante del ELN, “Antonio García”. ¿Usted tiene esa misma percepción?
“Creo que no ha sido consecuente con la manera como se han desarrollado los diálogos, porque terminó en algunos casos agrediendo al Presidente, al Alto Comisionado de Paz, a la misma delegación, me parece que no ha sido un elemento que haya contribuido a tener un buen clima para las negociaciones”.
¿Ha recibido presión política para salirse de la delegación?
“No recibo presiones, actúo en función de mis convicciones”.
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