En una operación conjunta entre la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (DIJIN) de Colombia, la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA), autoridades panameñas y la Fiscalía General de la Nación, capturaron con fines de extradición a cuatro presuntos integrantes de una peligrosa organización narcotraficante.
El operativo llamado “Black Jack” se dio en las ciudades de Cali, en el Valle del Cauca, y Acandí, en el Chocó, donde los sujetos fueron arrestados y puestos a disposición de las autoridades.
Los individuos eran requeridos en la corte Distrital de Estados Unidos para el Distrito Este de Texas, pues enfrentan cargos por los delitos de concierto para delinquir y tráfico de drogas ilícitas.
Según informes de la Policía, esta organización criminal transnacional operaba desde puntos de acopio estratégicamente ubicados en López de Micay, El Naya y Puerto Merizalde.
Estos lugares, custodiados por disidencias de las FARC, servían como laboratorios clandestinos donde se procesaba y almacenaba grandes cantidades de cocaína.
“Se trata de una organización criminal transnacional (...) contaba con laboratorios clandestinos custodiados por las disidencias de las Farc, más específicamente por la columna móvil Jaime Martínez, a la que le pagaban impuestos de producción y seguridad”, detalló la Policía.
“La organización contaba con una sofisticada red logística”, explicaron las autoridades. “Desde los puntos de acopio, el alcaloide era transportado en vehículos especialmente acondicionados hacia los puertos de Buenaventura y Bahía Solano”.
Una vez en los puertos, la droga era transferida a lanchas rápidas y semisumergibles equipadas con dispositivos de rastreo satelital. Estas embarcaciones, coordinadas por la organización criminal, tenían la capacidad de enviar “anualmente 15 toneladas de cocaína a los Estados Unidos, generando ganancias aproximadas a los 950 millones de dólares”.
De acuerdo con los informes, para lograr enviar esta cantidad desde el país hacia Panamá, para finalmente llegar a Estados Unidos, “en el momento de zarpar, los pilotos recibían indicaciones de integrantes de la organización, la cual tenía una capacidad logística amplia con roles internos específicos”.
Además, se descubrió que esta red delictiva “estaría adelantando conexiones criminales con grupos delincuenciales del departamento de Nariño para establecer nuevas rutas, teniendo como interés aguas internacionales ecuatorianas”, según indicó la Dijin.
Durante el curso de la investigación, las autoridades lograron documentar más de 11 eventos criminales organizados por esta estructura, “tanto en aguas internacionales como en el Pacífico colombiano”.
Finalmente, la Dijin resaltó “el nivel criminal y de impacto que esta organización representaba. Es pertinente indicar que con estas capturas se desarticula un emporio criminal dedicado al tráfico de cocaína, ya que en el mes de enero de la presente vigencia fueron capturadas 39 personas de esta organización en Panamá”.