Julián Andrés Ramírez Yepes, un reciclador de 40 años, estaba feliz el fin de semana pasado porque por fin había conseguido un televisor con el cual entretenerse en su humilde hogar, a orillas del río Medellín en el barrio Palermo, comuna Aranjuez.
El televisor era un regalo de su mamá, un aparato viejo de 14 pulgadas que estaba sin uso pero que Julián Andrés logró componer para llevárselo de la casa de su mamá esta semana una vez acondicionara una pequeña mesita donde ubicarlo. Pero no logró hacerlo.
A Julián se le metieron a su casa en la madrugada del martes y lo golpearon salvajemente. Nadie sabe todavía quiénes ni cuántos, pero los rastros que quedaron en la casa dan cuenta de la brutalidad con la que Ramírez fue atacado.
Ese mismo lunes fue la última vez que vieron con vida a Julián. Salió de la casa de su mamá donde iba a comer y merendar, pero esa noche dijo que estaba lleno y se fue a dormir a su casa, construida con madera y que contaba escasamente con una cama y un sanitario. En la madrugada del martes los vecinos escucharon ruidos, pero nadie salió a averiguar de qué se trataba.
Las señales que quedaron en el rancho indican que Julián fue golpeado contra el sanitario, pues este quedó destruido. El hombre habría alcanzado a salir malherido y correr unos 100 metros antes de ser alcanzado y asesinado. Posteriormente, sus homicidas lanzaron el cadáver al río Medellín.
Su madre, que además era su vecina, fue la primera que avistó el cuerpo de hijo flotando en el río y entre gritos pidió ayuda a sus vecinos quienes dieron aviso a las autoridades.
Hasta allí llegaron los policías del cuadrante, específicamente a la calle 94A con carrera 55. El cuerpo de Julián flotaba a casi tres metros de la orilla donde presumen que fue arrojado.
Bomberos Medellín acudió al sitio y recuperó el cadáver y el CTI de la Fiscalía realizó la inspección técnica correspondiente. Las primeras hipótesis indican que al hombre lo golpearon con palos y otros objetos contundentes hasta causarle la muerte. Sus familiares aseguran que la víctima era una persona tranquila que solo se dedicaba a reciclar recorriendo varias zonas de la nororiental. Que era alguien callado y nunca comentó tener amenazas.
Con el suyo ya van 7 homicidios cometidos en la comuna Aranjuez, que es junto con la Candelaria, las más violentas de la ciudad en lo que va de 2023.