¿Qué es la vitamina K y para qué sirve?
La vitamina K es conocida como la vitamina de la coagulación. Es una vitamina liposoluble crucial para la síntesis de proteínas que regulan la coagulación de la sangre, previniendo hemorragias.
Además, es esencial para la producción de osteocalcina, una proteína que facilita la incorporación del calcio en los huesos y dientes, contribuyendo a su fortaleza y previniendo enfermedades como la osteoporosis.
Según MedlinePlus si los seres humanos no consumiéramos esta vitamina, el hígado no podría producir unos factores de coagulación, imposibilitando que la sangre coagule. Por otro lado, según los National Institutes of Health (NIH), una deficiencia de vitamina K puede provocar hematomas (moretones) y aumentar el riesgo de osteoporosis por su relación con la salud ósea.
Sin embargo, no es común que una persona tenga deficiencia de vitamina K. Si esto ocurre, suele ser porque el cuerpo no puede absorberla apropiadamente desde el tracto intestinal o también puede ocurrir después de un tratamiento prolongado con antibióticos.
Beneficios de la vitamina K
Entre los principales beneficios de la vitamina K se incluyen:
1. Coagulación sanguínea adecuada: Previene hemorragias al participar en la producción de factores de coagulación.
2. Salud ósea: Contribuye a mantener la densidad y fortaleza de los huesos, reduciendo el riesgo de fracturas.
3. Salud cardiovascular: Ayuda a prevenir la calcificación arterial, reduciendo el riesgo de enfermedades del corazón.
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Alimentos ricos en vitamina K
Para asegurar una ingesta adecuada de vitamina K, se recomienda incluir en la dieta alimentos como:
1. Vegetales de hoja verde: Espinacas, kale, brócoli y lechuga.
2. Aceites vegetales: Aceite de soja, canola y oliva.
3. Alimentos fermentados: Quesos y productos como el natto (soja fermentada).
Estos alimentos son fuentes naturales que pueden ayudar a mantener niveles óptimos de vitamina K en el organismo.
Deficiencia de vitamina K: síntomas y riesgos
Una deficiencia de vitamina K puede manifestarse a través de:
1. Sangrados excesivos: Debido a una coagulación deficiente.
2. Moretones frecuentes: Aparición de hematomas sin causa aparente.
3. Debilidad ósea: Mayor riesgo de osteoporosis y fracturas.
En cuanto a su relación con el Alzheimer, aunque la vitamina K participa en funciones del sistema nervioso central, la evidencia científica actual no es concluyente sobre si su deficiencia aumenta directamente el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Sin embargo, en algunas investigaciones se ha concluido que el consumo de las vitaminas en general ayuda a prevenir el deterioro cognitivo de los seres humanos.
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Suplementos de vitamina K: ¿cuándo son necesarios?
Para nutrirse con vitamina K se debe consumir hortalizas de hoja verde como la col, espinaca, las hojas de nabos, la col rizada, la acelga, las hojas de mostaza, el perejil, la lechuga romana y la lechuga de hoja verde.
La suplementación de vitamina K puede ser considerada en casos de:
1. Trastornos de absorción: Como enfermedades intestinales que impiden una adecuada asimilación de nutrientes.
2. Uso de ciertos medicamentos: Antibióticos prolongados o anticoagulantes que interfieren con la actividad de la vitamina K.
Y recuerda que es esencial consultar a un profesional de la salud antes de iniciar cualquier suplementación para determinar la necesidad y dosis adecuadas.
¿Cuánta vitamina K necesito al día?