Por: Andrés Felipe Uribe
Los genes son el manual de instrucciones del cuerpo. En ellos, están las normas de funcionamiento del organismo, y cuando sufren una alteración, daño o mutación se pueden producir enfermedades como el cáncer. Hábitos como el tabaquismo, el consumo de alcohol, entre otros, pueden ocasionar esas alteraciones.
“La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer reconoce al menos 128 agentes con suficiente evidencia para relacionar la aparición de cáncer. El riesgo dependerá del órgano expuesto y la predisposición a desarrollar la enfermedad”, explica Sergio Andrés Mejía, oncólogo clínico de Clínica Las Américas Auna.
Se sabe que solo 10 % de los casos son hereditarios, el 90 % restante se pueden prevenir con hábitos de vida saludables. “Está demostrado que un estilo de vida que mezcle actividad física rutinaria, una alimentación balanceada y se evite el consumo de alcohol y cigarrillo protege contra el desarrollo del cáncer”, afirma Germán García Soto, médico ginecólogo y oncólogo de la Clínica El Rosario.
Según la Organización Mundial de la Salud, el tabaco provoca unas ocho millones de muertes al año y causa más de 20 tipos de cáncer, entre ellos de pulmón, hepático y en las vías urinarias.
“Se han descrito múltiples carcinógenos relacionados con su consumo y el riesgo no es solo para cáncer de pulmón, también de boca, laringe y toda la vía aerodigestiva, entre otros”, complementa Mejía.
El tabaco también se asocia con el cáncer de cérvix, pues según García Soto, aunque su factor de riesgo más importante es el virus del papiloma humano, el cigarrillo también influye en su desarrollo.
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Mala alimentación, un enemigo
Una dieta balanceada es esencial para prevenirlo. No se trata del tipo de comida, sino de las porciones y el estilo de vida de cada persona las que determinan su riesgo.
“El azúcar y los carbohidratos no causan cáncer per se, es su consumo desmesurado y la relación con la obesidad y otras patologías lo que favorece la relación con el cáncer”, afirma García Soto y añade que se debe evitar el azúcar.
La obesidad y el sobrepeso están vinculadas con 13 tipos de cáncer, entre los que se destacan los de mama, colon, útero, vesícula, estómago, ovario, riñones e hígado, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, CDC.
Los cánceres ginecológicos como el de mama, ovario y útero también se conocen como cánceres dependientes de estrógenos, y sí hay una sobreexposición o un estímulo constante y prolongado a ellos la mujer tiene más riesgo de desarrollarlos. Para el ginecólogo y oncólogo de la Clínica El Rosario, algunos de los factores de riesgo son la menstrauación temprana y la menopausia tardía, pero también señala la obesidad. “Esta condición se relaciona con altos niveles de estrógenos, por lo que una mujer con sobrepeso tiene mayor predisposición a estos tipos cáncer”, recalca.
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Otros cómplices
El consumo de bebidas alcohólicas puede generar inflamación en la vía digestiva y se asocia con múltiples neoplasias, anomalías en los tejidos. De acuerdo con los CDC, su consumo aumenta el riesgo de padecer cáncer de colon, estómago y páncreas.
Si bien existen más de 100 carcinógenos comprobados, varios de ellos derivados de productos químicos y otros en el ambiente, la principal recomendación es el autocuidado con un estilo de vida sano.