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“Argos y Sura quedarán 100 % democratizadas, sin accionistas controlantes”

El presidente de Grupo Argos, Jorge Mario Velásquez, explicó los alcances

del momento histórico que encara la holding antioqueña de infraestructura.

  • Jorge Mario Velásquez, presidente de Grupo Argos. FOTO ESNEYDER GUTIÉRREZ

    Jorge Mario Velásquez, presidente de Grupo Argos.

    FOTO ESNEYDER GUTIÉRREZ

13 de abril de 2025
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En un momento clave para la historia empresarial paisa, la reciente aprobación por parte de los tenedores de bonos y las asambleas de accionistas de Cementos Argos, y los grupos Argos y Sura marca un hito de transformación.

Este proceso basado en escisiones por absorción simultáneas, se destaca por su transparencia, equidad y su capacidad para democratizar las compañías involucradas, lo que promete importantes beneficios para accionistas, empresas y el mercado público de valores.

A medida que estas decisiones avanzan hacia la aprobación regulatoria de la Superintendencia Financiera, el presidente de Grupo Argos, Jorge Mario Velásquez, le contó a EL COLOMBIANO cómo se prepara para implementar lo que se considera la entrega de patrimonio más significativa en la historia del país, valorada en cerca de $11 billones.

Con un enfoque en la especialización y democratización de estas empresas, este proyecto no solo cambiará las dinámicas accionarias, sino que también fortalecerá el posicionamiento de las compañías en un mercado cada vez más sofisticado.

¿En qué momento está el proceso de descruce accionario entre los grupos Argos y Sura?

“Estamos preparando la documentación y creo que muy rápidamente la vamos a poner a consideración de la Superintendencia Financiera. Nos sentimos muy tranquilos porque este es un proceso que tiene varias características que lo hacen muy transparente. Es un proyecto que se ha estudiado por más de dos años y medio, y en el caso de Grupo Argos se privilegió esta alternativa sobre muchas otras que se evaluaron por varias razones”.

¿Justamente, cuáles fueron esas consideraciones?

“Este es un esquema que ya se ha ejecutado en Colombia, y hemos tenido varios proyectos de escisión por absorción, en el Grupo Aval y en Cementos Argos, entre otros. Además, es absolutamente equitativo con todos los accionistas, pues lo que se hace es entregarles a ellos de manera directa, lo que tienen indirectamente a través de estas sociedades. Entonces, no hay transferencia de valor entre unos y otros. No hay quien gane, no hay quien pierda, no hay una compañía que se beneficie más asimétricamente sobre otras. Y finalmente, tiene unos beneficios muy importantes para los accionistas, para las compañías y para el mercado público de valores. Entonces, diría que aquí hay una operación en la que históricamente se les van a transferir a los accionistas del Grupo Argos cerca de $11 billones, que es la entrega de patrimonio más importante que se ha hecho en la historia empresarial colombiana. Así quedan unas compañías totalmente democratizadas”.

¿Cuál es el efecto de esta transacción en las cuentas de Grupo Argos?

“Esto implica una descapitalización del patrimonio de la sociedad, por lo que va a entregarse directamente a los accionistas, y genera una utilidad de alrededor de $2,5 billones, por lo tanto el neto es una disminución cercana a $8,5 billones. Desde la óptica de valor, es claro que los accionistas continuarán percibiendo el valor que tienen representado en un título en la suma de dos títulos.

Es muy probable que los valores individuales de las acciones se modifiquen en el tiempo, pero la suma de los dos activos representan el mismo valor patrimonial. Es más, los accionistas se acrecentarán en un 20% y cada uno terminará con un 20% más de participación en el capital económico de esta sociedad. Desde la óptica de dividendos, estos los van a decretar las asambleas del año siguiente de acuerdo a los resultados de cada una de las compañías, pero diría que el dividendo será la suma de lo que reciba de las acciones que conserva, en este caso del Grupo Argos más la fracción de acciones que va a recibir de Grupo Sura, que es 0,23 acciones de Sura por cada una de las que tienen en Argos. De manera que las compañías quedan patrimonialmente muy sólidas”.

¿Cuánto valdrá el portafolio de Grupo Argos sin la participación accionaria en Grupo Sura?

“El patrimonio separado que es el que sirve para este proceso es de alrededor de $20 billones y se va a disminuir en algo parecido a $9 billones, por lo tanto queda un patrimonio alrededor de $11 billones”.

En este proceso un accionista de Argos con una especie quedará con ese título y 0,23 de Sura, ¿cómo se reconocerán esas fracciones?

“En este proyecto de escisión por absorción es imposible que todos los accionistas terminen con números enteros de acciones. Muy probablemente los accionistas van a terminar con un número entero que depende de la participación que tengan hoy más una fracción. Lo que hemos dicho es que se entregarán números enteros de acciones, pero legalmente las compañías no pueden emitir fracciones de acciones. Entonces lo que se ha ejecutado, es que se da un mandato para que esas fracciones se consoliden en un vehículo que está por definirse, se proceda a la venta y se les entregue a los accionistas el valor de las proporciones que cada uno tenga en ese patrimonio autónomo”.

¿Luego de esta operación hay algún accionista que quede con una participación significativa o relevante del Grupo Argos?

“No de manera individual. La gran virtud de esta operación es que estas compañías van a quedar absolutamente democratizadas, los fondos de pensiones, desde luego que hoy son accionistas importantes, pues quedarán siendo importantes y acrecentarán el 20% de su participación en el capital. De resto, la base accionaria que hoy es de alrededor de 23.000 accionistas va a ampliarse, prácticamente a duplicarse, y estas organizaciones van a ser muy parecidas a lo que son las empresas públicas por acciones en mercados sofisticados como lo es Estados Unidos, donde las compañías no tienen ningún accionista controlante.

Eso es muy bonito porque es una compañía de propiedad de 45.000 o 50.000 accionistas, ninguno es controlante, y por lo tanto, lo que nosotros esperamos es que va a haber un mayor flotante, una mayor bursatilidad de las acciones y más inversionistas atraídos por la simplificación y por la especialización. Y eso va a permitir una mejor formación de precios para nuestros accionistas”.

¿Usted señala que con la operación estas empresas van a quedar democratizadas, alguien puede pensar que ese componente no existía?

“Lo que digo es quedarán 100% democratizadas. Es decir, había un accionista como el caso del Grupo Sura, que era muy relevante en la composición del capital. Si uno mira a su vez Grupo Sura es una compañía también democratizada. Pero de manera directa, ya las compañías no tienen un accionista del 30%, del 40% o dos del 50%. Hay 46.000 accionistas o pequeños porcentajes y eso hace que esa dinámica, que esperamos nosotros que se dé, sea un elemento de muchísimo mejor formación de precio”.

En las cuentas de Sura y Argos se estima que el proceso este finalizado en el segundo semestre de este año, ¿hay afán para cerrar este proceso?

“No, lo que existe es la convicción de que este es un proceso benéfico para todo el mundo, y que una vez surtidas las aprobaciones de nuestros accionistas, pues lo que se viene es un proceso de aprobación regulatoria que tomará sus tiempos. Después de obtener aprobación de la Superintendencia Financiera, creo que en 30 días podemos ejecutar el proceso mecánico que se requiere de intercambio de acciones, de emisiones, de cancelaciones, de registros en Deceval, etcétera, para poderles entregar a los accionistas lo que hemos prometido. Entonces afán no hay, pero sí interés en que estos procesos se vayan culminando, tan prontamente como se puedan hacer”.

¿Un eventual retraso en el proceso de autorización, qué efectos puede tener en los planes de Grupo Argos?

“Los planes de la compañía y de sus negocios siguen de la mano de las iniciativas que hay en cada línea, Cementos Argos, Celsia, Odinsa o en el negocio inmobiliario. Todos los planes de trabajo siguen tal cual. Este proyecto tiene que ver mucho más con la estructura societaria y la estructura de propiedad de la compañía. Hay unos efectos que van a ser muy buenos, pero en nada obstaculizan el desarrollo de los planes de negocio que tenemos”.

A propósito de los planes de negocio, las miradas están puestas en Cementos Argos que tiene unos $12 billones tras la venta de Summit Materials en Estados Unidos, ¿cuáles son las perspectivas de inversión?

“Estamos haciendo en este momento, de la mano de la junta directiva de Cementos Argos y de su administración, un plan que va como en dos grandes avenidas. Una primera de base y es que los recursos de cerca de US$3.000 millones, que es mucho dinero, están colocados y gestionados por cinco gestores profesionales globales que administran esos recursos con una política de inversión que les dimos, básicamente en títulos de renta fija en dólares.

Los recursos están en Estados Unidos rentando en el corto plazo. Pero en el mediano plazo estamos analizando distintas alternativas de inversión en materiales de construcción, en cemento, en agregados, en plataformas logísticas para incrementar las posibilidades de llegar a ese mercado con cemento o con agregados desde algunas de las operaciones que tenemos. Estamos mirando operaciones de agregados dentro de los Estados Unidos, operaciones inclusive un poquito más transformacionales, y no hemos descartado también la posibilidad de mirar otras geografías y otros sectores”.

Tampoco hay afán para esas posibles inversiones...

“Tenemos mucho interés en hacer un proceso de reinversión de esos recursos de manera muy profesional, muy objetiva, sin apasionamientos, sin presiones deprisa, si uno se pone a correr en esto se puede equivocar, así que estamos garantizando siempre que tomemos decisiones que tengan dos elementos: Uno, que hagan sentido estratégico con esta organización, es decir, que esas inversiones las podamos crecer, que las podamos administrar para ganar. Y segundo, que podamos generar valor de ellas, es decir no es comprar por comprar, no es comprar cualquier cosa. Vamos a asegurarnos de que las inversiones que hagamos tengan sentido estratégico y de rentabilidad para poderles devolver más rentabilidad a los accionistas”.

¿Cuáles son las angustias o las preocupaciones por los temas normativos, entendiendo el interés de esta holding en sectores clave como energía e infraestructura?

“Desde luego hay preocupación por la cantidad y el enfoque de muchas de estas iniciativas regulatorias. Me voy a detener en el negocio de energía, que tal vez es donde más iniciativas hay, pues existen ideas para modificar la Ley Eléctrica (Ley 142 y 143, que constituyen el marco regulatorio) hasta la fijación de precios de escasez diferenciales dependiendo de los consumos, que son claramente señales de desincentivo, por ejemplo, a la inversión en energías renovables no convencionales como lo son la solar o la eólica y eso es una contradicción, me parece a mí. Hay regulaciones que tienen que ver con el régimen de pago y de impago de facturas a los generadores, como el caso de A-ire o eventuales limitaciones a la generación que se vende en bolsa. Son una serie de iniciativas que yo creo que hay que mirar con mucho cuidado porque podemos caer es en señales muy claras de incertidumbre y de falta de señales claras para invertir. Lo peor que le puede pasar a un país como el nuestro, que tiene gran riqueza natural de agua, sol, viento y combustibles fósiles para tener una matriz balanceada, abundante y competitiva, es que la incertidumbre pare la inversión en el sector eléctrico”.

Lo ideal sería la abundancia de oferta energética...

Para que haya abundancia de oferta tienen que existir señales claras para que haya muchos más interesados motivados a invertir en el sector. Entonces, veo con mucha preocupación los temas ideológicos que están frenando la exploración y la explotación de gas, por ejemplo. Eso tiene repercusiones en los costos de la matriz eléctrica, muy estructurales y muy de largo plazo.

Yo sí creo que en el tema regulatorio, especialmente en energía, es necesario un llamado a la cordura y al cuidado porque está muy bien la transición energética, pero las transiciones energéticas hay que hacerlas de manera ordenada”.

¿El radar de Odinsa, dónde está concentrado?

“Ese radar está muy ocupado en infraestructura en Colombia, especialmente en aeropuertos. Hace poco se socializó el proyecto El Dorado Max, que implica una inversión cercana a los $10 billones, duplica el área de terminales y lleva este aeropuerto a una capacidad de alrededor de 73 millones de pasajeros. Adicionalmente, está el segundo aeropuerto de Cartagena, que es otra inversión de US$1.000 millones y están varios proyectos de concesiones viales, entre ellos la ampliación del Túnel de Oriente, la Conexión Centro, la Perimetral de la Sabana. Y estamos mirando muy activamente lo que ya hemos anunciado, que es una tercera vertical en Odinsa, que es aguas. Este último tema lo estamos mirando principalmente en Perú, en Chile, en México, porque los sectores que hemos escogido para profundizar en agua tienen que ver con desalación y tratamiento, no vamos a mirar el agua domiciliaria o la que llega a los hogares”.

¿La eventual consecución de un socio estratégico para Grupo Argos es una posibilidad que sigue sobre la mesa?

Esta compañía siempre está mirando opciones. Somos una compañía que por naturaleza tiene socios, aquí trajimos a Macquarie, ha estado Cubico que son los fondos de pensiones canadienses, y mantenemos conversaciones con muchos inversionistas. Hoy no hay ninguna cosa particularmente desarrollada, pero la naturaleza de esta compañía siempre está la búsqueda de asociaciones”.

¿Qué puede ser menos complejo, ser practicante de Argos, ser presidente de Argos o ser jubilado de la empresa?

“(Risas) Son todos momentos maravillosos de vida. Yo he sido un afortunado de haber podido llegar a esta organización como practicante hace 42 años, haber crecido profesional y personalmente en esta organización que no me ha dado sino satisfacciones, sobre todo porque me ha permitido compartir valores y formas en las que creo, así como conocer y trabajar con gente maravillosa, con propósito de construir patria y me ha permitido servir y transformar una organización a lo que es hoy y con el futuro que tiene. Y vendrá el momento de disfrutar también la etapa de la jubilación. Ese es un momento de vida también maravilloso”.

¿Y qué tan lejos estamos de eso?

“No estamos muy lejos. Desde luego tendré que definir esto con la junta directiva, que es lo correcto, pero no estamos muy lejos y lo anunciaremos en el momento adecuado”.

¿Primero es la escisión?

“Sí. En eso estamos concentrados”.

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