Los amantes de la electrónica recordarán con nostalgia las noches y los amaneceres de baile en los desaparecidos Carnival, Forum y Circus, lugares que por años hicieron parte de la exclusiva escena electrónica en Medellín.
A medida que a la ciudad llegaban renombrados Dj´s como Tiesto, David Guetta, Armin Van Buuren o Paul Van Dyk, la mezcla de sonidos instrumentales con otros procesados a través de un ordenador, o de aparatos electrónicos, tomaba más fuerza. Afloraron los toques clandestinos, que aún se encuentran en casas, fincas o antros subterráneos y la fiesta, que tenían hora de inicio pero no de fin, duraba hasta que el cuerpo aguantara.
Sin embargo, estos templos electrónicos cerraron y por algún tiempo la electrónica estuvo destinada al anonimato y a la clandestinidad.
Gracias a la fuerza del movimiento, a seguidores y Dj´s de la ciudad, hoy la electrónica cuenta con cuatro espacios. Lugares que se arriesgaron a etiquetar sus fiestas con el apellido electrónica y ofrecen, aparte de una fiesta catártica, una programación cuidada al detalle para expandir los oídos a sus subgéneros, además de espacios para conocer los artistas locales. Más que bares, se hacen llamar clubes, nombre que se refiere a los inicios del rave, como se conocieron las fiestas electrónicas clandestinas en Gran Bretaña, y son Salón Amador, Masion Club, Club 1984 y Calle 9+1.
Los más fiesteros sumarán más lugares a la lista que, según sus actores locales, Dj´s y promotores de conciertos, cada vez irá creciendo por el incremento de artistas internacionales que quieren venir de toque a la ciudad.
Salón Amador
Carlos Alberto Franco hace parte de Salón Amador, lugar que toma su nombre de un antiguo “rincón bohemio de la ciudad donde sibaritas celebraban sin desdén”, y desde hace tres años programa “música tremenda” para recibir a los amantes de la electrónica en sus múltiples variaciones.
“Queríamos que la electrónica en Medellín se desmitificara. Quitarle el prejuicio donde se le relaciona con drogas, prepagos y traquetos, porque en algún momento de la historia de la ciudad, lo fue”, afirma Franco, mientras explica que lo que buscaban era contagiar a la ciudad de lo que se vive en lugares como Ibiza, Argentina o Nueva York, donde el género es más que el dueño de la noche, “es toda una cultura”.
Calle 9+1
Camilo Naranjo explica que aunque inicialmente el bar estaba abierto a sonidos alternativos y fue asidero de fiestas de cumbia o punk, “ahora se le han hecho remodelaciones, es más cómodo y grande, enfocado a la fiesta electrónica nocturna, más de parche”, agregando que fue algo que el mismo público del lugar iba exigiendo en la medida que no existía esa opción.
Sin embargo, hace la salvedad de que en el mes de marzo tendrán dos grupos que se alejan de la fiesta rave, Mueran Humanos de Argentina y La Derecha, post punk y rock alternativo respectivamente, “porque igual estamos abiertos a lo que pasa o pueda pasar en la ciudad con la fiesta alternativa”.
Club Mansion
En Mansion los sonidos son más virados al tecno, más densos y experimentales, un lugar más pequeño que ofrece una fiesta intima hasta el amanecer.
Club 1984
Lo poco pretencioso de 1984 es su mayor atractivo. Ir a este Club es estar a la vanguardia de lo que pasa en la escena electrónica local ya que el sitio se convirtió en punto de encuentro para sellos y artistas por igual. No menos seductor que su música resulta su espacio, un quinto piso equipado con terraza para ver cómo se esconde la luna entre las montañas antioqueñas.