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15 millones de bebés en el mundo nacen antes de tiempo

Noviembre es el mes de los bebés prematuros: son 15 millones los que nacen cada año alrededor del mundo. Su probabilidad de vida es alta, los más pequeños tienen un porcentaje del 70 %.

  • Los bebés prematuros tienen posibilidad de sobrevivir entre un 70 % y 90 %. FOTO: CORTESÍA
    Los bebés prematuros tienen posibilidad de sobrevivir entre un 70 % y 90 %. FOTO: CORTESÍA
  • La bebé María Alejandra en la incubadora en la Clínica de Marly en Bogotá en 2019. FOTO: CORTESÍA
    La bebé María Alejandra en la incubadora en la Clínica de Marly en Bogotá en 2019. FOTO: CORTESÍA
  • Carolina Soto y su esposo, con sus hijos María Alejandra y Cristian Camilo. FOTO: CORTESÍA
    Carolina Soto y su esposo, con sus hijos María Alejandra y Cristian Camilo. FOTO: CORTESÍA
  • Así están ahora María Alejandra y Cristian Camilo, dos niños sanos que crecen junto a su familia. FOTO: CORTESÍA
    Así están ahora María Alejandra y Cristian Camilo, dos niños sanos que crecen junto a su familia. FOTO: CORTESÍA
28 de noviembre de 2022
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El instinto maternal de la bogotana Carolina Soto no llegó hasta que conoció al hombre que ahora es su esposo. Antes de él no había querido pensar en hijos, pero se enamoró y a pesar de que estuviese por encima de los 35 años, buscó quedar en embarazo.

Intentaron varias veces y no lo lograron, así que dejaron de insistir, pero hubo un último aliento —el deseo de su papá por ser abuelo— que la animó a someterse a un procedimiento de inseminación in vitro que le hizo volver a emocionarse. El resultado que encontró fue alentador y a la vez sintió miedo: dos rayitas en su prueba. Eso significaba que dentro de ella había un bebé creciendo.

Esta bebé se llama María Alejandra y ya tiene 3 años y medio. Después tuvo a su segundo hijo, Cristian Camilo, que tiene un año y medio. Pero su historia va más allá: los dos embarazos tuvieron complicaciones médicas que llevaron a los médicos a tomar la decisión de tenerlos antes de las 37 semanas, que es la fecha en la que un bebé ya se desarrolló completamente.

El primer trimestre en los embarazos son los más decisivos. Es el momento en el que se empiezan a desarrollar sus órganos y es esencial que permanezcan en el vientre materno, así lo hace saber la médica Diana Mora, pediatra neonatóloga de la Fundación San Vicente de Medellín.

Después de esas primeras semanas se siguen desarrollando los órganos y no es hasta las semanas 26-28 que un bebé tiene chance de sobrevivir en un 70 % por fuera del vientre. Entre más tiempo pase en la barriga de la mamá existen más probabilidades de que sobreviva.

Un bebé que nazca entre las semanas 35-37 ya tendrá todos sus órganos desarrollados y su probabilidad de vida puede aumentar a un 90 %.

Carolina Soto se enteró de que su primer embarazo podría resultar en un parto prematuro por una ecografía en uno de sus controles periódicos. La doctora notó que la bebé no crecía lo suficiente y esto se debía a un problema de las arterias que no le transmitían al feto la cantidad de nutrientes necesarios para su crecimiento. La bebé estaba pequeñita y el tiempo seguía pasando.

En vista de que María Alejandra no crecía como debía, la médica le dio la noticia a Carolina y a su esposo de que la posibilidad de tener un parto prematuro eran altas y sintió miedo a pesar de que es terapeuta ocupacional y además de que su hermana es pediatra y su cuñada ginecóloga.

“Me dijeron que si fallaban las arterias umbilicales no había nada que hacer. Yo le decía agárrate fuerte que aquí estoy yo. Aquí están tus papás y te estamos cuidando, yo te estoy cuidando”, recuerda Carolina.

Como lo que le pasó a Carolina y a su esposo, son muchas las familias que escuchan esta noticia. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año nacen 15 millones de bebés que no han terminado su período de gestación, la mayoría de ellos son espontáneos y no tienen una causa común.

La médica Diana Mora recomienda que lo ideal es que los papás planeen los embarazos y se hagan exámenes prenatales. Y si un bebé se adelanta también puede ser por genética de la mamá: enfermedades como la preeclampsia, diabetes, infecciones urinarias o de la membrana amniótica. Es indispensable que no consuma sustancias como el tabaco, cocaína y anfetaminas.

“En el mundo 1 de cada 10 partos es un nacimiento prematuro”, dice la médica Diana Mora y pone la lupa en el departamento de Antioquia: se reportaron 106 nacimientos de bebés prematuros por cada 1.000 partos de bebés que nacieron a tiempo en 2021.

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La posibilidad de un parto prematuro estaba ahí pero Carolina Soto logró retener a María Alejandra durante un tiempo más y en la semana 31 le hicieron una maduración artificial de sus pulmones porque en cualquier momento nacería. Buscaban evitar complicaciones respiratorias, que son las que más preocupan a los médicos como la displasia broncopulmonar y la apnea. En la semana 32 fue a su control y ya no sentía a su bebé por lo que tomaron la decisión de hacerle una cesárea de urgencia.

Nació el 1 de abril de 2019 en la Clínica de Marly en Bogotá, pesó 1.500 gramos y su piel todavía era transparente de lo poco que permaneció en el vientre de su mamá. En el instante en que ya estaba afuera, los médicos cortaron el cordón umbilical y apenas sus padres alcanzaron a despedirla porque se la llevaron a la incubadora de la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital.

La bebé María Alejandra en la incubadora en la Clínica de Marly en Bogotá en 2019. FOTO: CORTESÍA
La bebé María Alejandra en la incubadora en la Clínica de Marly en Bogotá en 2019. FOTO: CORTESÍA

En ese lugar, lo que esperan los médicos es que los bebés neonatales aumenten su peso y desarrollen completamente sus órganos. El proceso de crecimiento de María Alejandra fue complicado. Aunque había nacido con 1.500 gramos retrocedió a 1.420 gramos y la bebé necesitaba por lo menos 2.000 gramos para salir del hospital, por lo que permaneció 26 días en la clínica.

La médica Mora cuenta que los niños prematuros tienen riesgo de presentar hemorragias cerebrales y presentar daños neurológicos que causan dificultades para poner atención o falta de control motor. También están las complicaciones respiratorias que pueden dejar secuelas como el asma. Pero no siempre es así, son casos específicos.

La mayoría de los bebés prematuros al crecer tienen una vida normal y sin diferencias en el desarrollo de los que nacen a tiempo. Esto es porque ha habido avances en la ciencia que permiten que el bebé se siga desarrollando por fuera del vientre simulando el ambiente del útero materno.

Los médicos han demostrado que las probabilidades de vida de los bebés prematuros es alta por los avances de la ciencia como en las incubadoras donde se conserva la temperatura del bebé y el suministro de oxígeno.

“Lo que hacemos los médicos es que con equipos como la incubadora simulamos un ambiente del útero materno y así se terminan de desarrollar. También si los bebés tienen dificultades para respirar hay dispositivos que ayudan a que lo hagan y hay alimentos vía intravenosa”, explica Diana Mora.

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Con María Alejandra, Carolina aprendió a cangurear a su bebé así le diera pánico levantarla de lo pequeña que era. Se la ponía en su pecho con una telita que funciona como una bolsa de canguro y eso ayuda a que los bebés terminen de desarrollarse satisfactoriamente.

“El contacto de piel a piel con un prematuro es indispensable. Los papás transmiten su temperatura corporal y le dan una sensación de confort a su bebé. Los papás que tienen más interacción física con sus bebés prematuros obtienen mejores resultados que los que no cuentan con ese apoyo familiar”, explica la médica Diana.

Entre números que subían y bajaban y cangureando todos los días junto a su esposo, lograron que María Alejandra subiera de peso y alcanzara los 2.000 gramos. Ya podía salir del hospital y así lo hicieron, pero en su casa dormían sentados abrazados con la bebé. “La cangureamos durante 2 meses larguitos”, cuenta.

Después de que los bebés salen del hospital deben continuar en el Programa Canguro que se exige en Colombia para hacerles un seguimiento a los bebés en la formación de su visión, audición y cerebro. Se hace hasta el primer año de vida.

Si bien los papás sienten miedo de llevárselos a sus casas, las recomendaciones de médicos como Diana Mora son evitar los cambios de temperatura abruptos, ambientes de estimulación excesiva o con mucho ruido y el consumo de sustancias como cigarrillo cerca del bebé. También es importante saber que ellos tienen complicaciones para llorar por lo que se debe prestar atención especial a sus necesidades.

Carolina Soto y su esposo, con sus hijos María Alejandra y Cristian Camilo. FOTO: CORTESÍA
Carolina Soto y su esposo, con sus hijos María Alejandra y Cristian Camilo. FOTO: CORTESÍA

Después de María Alejandra, Carlos decidieron tener otro hijo pero no pensaron que volverían a tener un embarazo prematuro porque se sentía más tranquila y sus arterias estaban mejor. Pero su embarazo sucedió en 2020 y a los cuatro meses de que tenía al bebé en su vientre llegó la pandemia que se llevó a su padre y a su hermano. “Ese fue el detonante para que mis arterias volvieran a fallar y a tener complicaciones”, recuerda.

Pero Cristian aguantó más y llegó hasta las 34 semanas, pesó 1.920 y medía 44 centímetros, uno más que su hermana. Si bien no era mucha diferencia, en tiempo sí lo era. Una semana es decisiva en el desarrollo de un bebé. “Él duró 12 días en UCI, pero eran tiempos difíciles porque ya no podía cangurear mi esposo, solo yo, por la pandemia. El papá solo podía acercarse a la incubadora, tomarle fotos y hablarle. Su piel también era transparente pero la córnea y sus genitales ya estaban completos”, detalla Carolina.

Así están ahora María Alejandra y Cristian Camilo, dos niños sanos que crecen junto a su familia. FOTO: CORTESÍA
Así están ahora María Alejandra y Cristian Camilo, dos niños sanos que crecen junto a su familia. FOTO: CORTESÍA

El nacimiento y valentía de Crisitian Camilo fueron la fortaleza de toda la familia. Ahora Carolina dice que sus hijos crecen sin problema y aunque sí es verdad que hay que ser más precavidos porque para ellos una gripa les puede dar con mayor intensidad, no ha habido mayores dificultades.

María Alejandra es una niña pícara y sagaz y en el jardín de niños aprende muy rápido, pero no es tan amorosa como su hermano. Él es el más cariñoso y tierno. “Mis niños se han tenido que adaptar al ambiente y la información la procesan más rápido, mucho más”.

Los bebés de Carolina Soto ya están bien. Les dice a las parejas embarazadas que si sus médicos contemplan la posibilidad de un parto prematuro es válido sentir miedo, pero también deben alegrarse porque allí sus hijos comienzan una batalla que los hará más fuertes y valientes.

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