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¡Todos se rajaron!

En la encuesta empresarial, el presidente Petro sacó 2,5 y su coequipera Francia Márquez quedó en el último lugar de la clase con 1,5.

14 de agosto de 2023
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Al presidente Petro, a la vicepresidenta Francia Márquez y a los 18 ministros del despacho los empresarios les pusieron mala nota en el primer año.

Que en un curso todos los alumnos se rajen en todas las materias significa que hay un problema. Y eso es lo que parece estar pasando con el gabinete del presidente Gustavo Petro, según la medición de opinión que hace el diario La República, en la que 500 empresarios evalúan periódicamente la gestión del mandatario de turno y de sus ministros.

La encuesta publicada este mes midió el desempeño del presidente, de la vicepresidenta Francia Márquez y de los 18 ministros del gabinete. El resultado: ninguno pasó el año. ¡Todos se rajaron! Y muchos ni siquiera estuvieron cerca de llegar al 3 para pasar raspando en una calificación sobre 5.

Comparado con el gobierno anterior, el de Iván Duque, que no gozaba propiamente de un gran aprecio en la opinión pública, los resultados lucen más deplorables. Duque sacó 3,1 en la última encuesta realizada a su gobierno en julio de 2022, mientras que 12 de sus 18 ministros pasaron con más de 3 y lograron calificaciones de hasta 4,2.

El panorama para el actual gobierno es otro, empezando por el líder del equipo, el presidente Petro, que sacó 2,5 y su coequipera Francia Márquez, que quedó en el último lugar de la clase con 1,5, la misma nota que sacaron los ministros de Defensa, Iván Velásquez, y de Minas y Energía, Irene Vélez.

No es de extrañar. Si el líder del equipo es disperso, llega tarde, no habla con sus subalternos, es muy difícil que los ministros hagan una buena labor. Y si, además, priman el dogmatismo y los discursos sobre el pragmatismo y la ejecución, todo se complica.

Para la muestra está el gran retraso en la ejecución en este año –menos del 30%–, que habla de la nula experiencia de algunos de ellos y los reversazos que han dado en sectores que venían andando bien, como vivienda y energía.

En el caso de la vicepresidenta no se ha notado su gestión. Incluso, ya llevamos un mes desde la creación del Ministerio de la Igualdad y la Equidad y aún no ha podido terminar de armar el equipo.

Por supuesto hay quienes dirán que este jurado sólo representa un sector. Y así es. Pero no por ello deja de ser importante su criterio. Sobre todo tratándose de un sector que ha demostrado tener conocimiento de cómo funciona el país, que representa a través de las mil empresas más grandes del país el 77% de nuestro PIB y que es, en últimas, el motor de la economía y de los ingresos de millones de colombianos.

Los 18 ministros se rajaron, empezando por el de Defensa. El crecimiento de los secuestros, extorsiones, robos y asesinatos son de todos los días. Y sobre la saliente ministra de Minas y Energía no hay mucho que agregar, además de su desconocimiento de los temas y su terquedad en acabar con las nuevas exploraciones de petróleo y gas.

La gestión de los demás ministros es casi que anodina. Ni siquiera es fácil recordar quién está a cargo de qué cartera, con excepción del ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, quien hoy está en la palestra por el permanente aumento en el precio de la gasolina, que supera el 40% en esta administración. Bonilla está comprometido con un manejo responsable de las finanzas públicas, pero ni así pasa el año –su nota fue de 2,6, inferior a la de José Antonio Ocampo, de 3,5–.

Otro ministro que no alcanza a sacar 3, pero que ha mostrado ejecutorias tras la apertura del comercio con Venezuela, el proceso de reindustrialización y el impulso al turismo, es el de Industria y Comercio, Germán Umaña con una nota de 2,6.

Los demás están por debajo de 2,5. A la ministra de Vivienda, Catalina Velasco, que tiene buena imagen de técnica, por ejemplo, le tocó lidiar con la parálisis en la entrega de subsidios; o el ministro de Transporte, Willian Camargo, que, aunque lleva poco tiempo no ha tomado medidas para echar a andar el sector de infraestructura, que está estancado; o la de Agricultura, Jhenifer Mojica, que tiene a su cargo la compra de millones de hectáreas de tierra para hacer realidad la reforma agraria. Sin mencionar a la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, que ha mostrado capacidad de diálogo, pero que tal vez le cobran su reforma laboral que puede destruir empleos, y al ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, que le tocó heredar una polémica reforma a la salud.

La mala calificación no es solo de parte de los empresarios. Este gobierno se rajó en el primer año ante los ojos de buena parte del país. Pero quedan tres años más para recuperar el tiempo perdido

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