x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

language COL arrow_drop_down

Pobres mujeres

Curiosamente bodegas identificadas con el petrismo respaldaron en redes sociales lo hecho por las jóvenes vándalas en la manifestación del 8 de marzo en Bogotá. Hasta Susana Muhammad grabó un video aplaudiendo la protesta.

11 de marzo de 2025
bookmark
  • Pobres mujeres

Escuchamos con atención a una joven explicar por qué destruyeron estaciones de Transmilenio y rayaron las paredes de los edificios públicos en Bogotá con motivo del Día de la Mujer el 8 de marzo. Queríamos entender pero sus argumentos, por el contrario, dejan una gran desazón y un cierto pesimismo por lo absurdo que pueden llegar a ser sus palabras.

Emily, la presidente de la red Disruptivas, decía en Blu Radio que acudieron al vandalismo porque “son mujeres que buscan visibilizar una problemática” y que “el objetivo se ha logrado: los medios de comunicación nos están entrevistando”.

Es decir, para ella el fin justifica los medios. La violencia se justifica bajo el argumento de que busca un fin superior. ¿Qué diferencia hay con “ponemos bombas para que nos pongan atención” de los grupos terroristas?

Ni desde el punto de vista filosófico ni del práctico ese es un buen razonamiento para la sociedad. Diría Kant que no se puede justificar una acción inmoral solo porque su resultado es bueno: si una persona recurre a la violencia o la mentira para lograr justicia, sigue siendo inmoral porque las reglas morales no deben violarse bajo ninguna circunstancia.

Y desde el punto de vista práctico tal vez estas jóvenes no han vivido lo suficiente para darse cuenta por ellas mismas que cuando se acude al vandalismo nunca se logra el cometido trazado y por el contrario el resultado puede ser más destrucción y caos.

La marcha del Día Internacional que debía ser una plataforma para honrar a quienes a lo largo de la historia han dedicado su vida a esta cruzada y para exigir justicia para las víctimas de violencia de género, terminó en daños a la estatua de Luis Carlos Galán, vidrios rotos en el transporte público y grafitis difíciles de borrar.

Estas jóvenes, además, hablan con gran displicencia sobre estos bienes públicos: “eso se puede reponer”, sugieren. No se han dado por enteradas de que en ese vidrio de Transmilenio o en el pago para arreglar los daños están invertidos los impuestos de muchos colombianos. No se dan cuenta de que en el fondo se están burlando de miles de trabajadores.

Pero el origen del problema no es Emily ni su grupo. Ellas son solo la expresión de una nueva escuela que hace carrera en el país, según la cual se defienden fines nobles con patanería y violencia.

Es un espíritu de sabotaje muy afín al presidente Gustavo Petro, basta recordar cómo movió los hilos del llamado ‘estallido social’ convencido de que así generaba mejores condiciones para su candidatura. Y cómo aún hoy, como gobernante, ha utilizado el mismo modus operandi para poner contra la pared a la Corte Suprema, cuando esta se demoraba en elegir fiscal; y contra la Corte Constitucional, para ‘obligarla’ a que le dé aval a sus polémicas reformas.

Si la protesta violenta de este grupo de jóvenes se pasa por los rayos X se podría encontrar que quienes están detrás, moviendo directa o indirectamente los hilos, son un grupillo de políticos que no propiamente buscan el bienestar de las mujeres sino mantenerse en el poder. Incluso a costa de las mismas mujeres.

¿O cómo se explica el hecho de que estas jóvenes han enfocado sus ataques contra el bronce de Luis Carlos Galán? La única razón es por qué se trata del padre del alcalde de Bogotá. Y así lo dijo Emily: según ella, la Alcaldía tiene deudas pendientes con las mujeres –de las cuales no dio detalles– y por eso la emprende contra el busto en homenaje a quién en su época fue inspiración para que muchos jóvenes quisieran participar en política. ¡Hágame el favor!

Ellas tal vez ni sabrán que a Luis Carlos Galán lo mataron los peores exponentes de nuestro país, una combinación entre Pablo Escobar, los paramilitares y políticos corruptos. Y ellas, con esa prepotencia de la juventud, lo atacan, repitiendo simbólicamente lo mismo que hicieron estos cafres hace 35 años.

Curiosamente bodegas identificadas con el petrismo salieron a respaldar en redes sociales lo hecho por las jóvenes vándalas. Hasta Susana Muhammad, saliente ministra del gobierno Petro, y la ficha a la que le está apostando el petrismo para ser alcaldesa de Bogotá, grabó un video aplaudiendo la protesta.

¿Será que estás jóvenes terminaron siendo marionetas de un proyecto político como el petrismo que ha demostrado importarle un bledo las conquistas de las mujeres toda vez que ha puesto en dos cargos estratégicos del Estado a personajes denunciados por sus parejas por violencia intrafamiliar?

Parecieran estar tratando de repetir la dosis del ‘estallido social’ convencidos de que aquella ocasión les sirvió para ayudar a poner Presidente y ahora aspiran que les sirva para poner alcalde. Cualquier motivo les sirve de florero de Llorente: una reforma tributaria ayer, un día de la mujer hoy, quién sabe qué más mañana.

Ojalá alguien les cuente a estas jóvenes que si por algo se ha caracterizado el movimiento feminista es por utilizar protestas simbólicas: desde la famosa quema de corsés y sujetadores en 1968, pasando por la huelga de mujeres en Islandia que dejaron de trabajar, cocinar y cuidar a sus hijos por un día hasta las actrices de Hollywood que se vistieron de negro en protesta contra el acoso sexual en la época del #MeToo.

Siempre será mejor inspirarse en quienes las han antecedido que en politiqueros manipuladores que se han convertido en la peor expresión del retroceso de los derechos de la mujer.

Sigue leyendo

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD