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El cine sobre diversidad de género había estado ausente en el cine colombiano -salvo por algunos cortometrajes y documentales- hasta que la cineasta Ruth Caudeli estrenó ¿Cómo te llamas? en 2018. En esta segunda película, aunque de nuevo este aspecto es importante, se centra más en una historia sobre la amistad y la desorientación existencial, en un relato fresco y emotivo en el que, sin duda, se evidencia el buen pulso de una directora que sabe lo que quiere decir.
Emilia tiene una estrecha amistad con tres amigas desde hace muchos años. Ellas parecen tener su vida definida y solucionada desde la convencionalidad social del matrimonio, la heterosexualidad y la estabilidad profesional o económica. Emilia, en cambio, es soltera, bisexual y vive los apuros económicos propios de una teatrera experimental. Es este contraste el que, por supuesto, define la dinámica de la película, pero la mirada siempre está puesta sobre esta mujer en medio de lo que parece una encrucijada existencial.
Pero esta encrucijada es menos una condición propia que el resultado de la presión de sus tres amigas. Por eso, como si se tratara de tres madres más, Emilia asume una actitud provocadora e irreverente frente ellas, aunque estas solo ven simple inmadurez. Muchas son las lecturas que se pueden hacer aquí sobre el rol de la mujer en la sociedad y su condición sexual y de género en la forma como este relato, desde su protagonista y la relación con sus amigas, trata de poner en entredicho todo eso que parece normal y definido.
Claro, Emilia también tiene sus dilemas, pero el único importante parece ser el relacionado con el compromiso. Bisexual sí, a pesar de la burla y escepticismo de sus amigas, pero enamorada solo de una mujer. En este sentido, se puede apreciar una historia de amor posible que se esfuerza en ser un amor ideal. Lo único que se necesita es un segundo cepillo de dientes en el gabinete del baño, pero el viaje de ese cepillo puede ser complejo y demorado.
Volviendo a la historia de amistad, esta se presenta como lo más evidente del relato, no solo por la tensión entre Emilia y las otras tres, sino también por el colorido que dan las distintas personalidades y sus honestos, divertidos y desenfadados diálogos, pero sobre todo, por la fuerza dramática creciente que representa el desgaste de esa amistad tras tantos años de ejercicio y los cambios y distintas direcciones que cada una ha tomado. No es gratuito que el clímax del relato haya sido, justamente, la confrontación entre las cuatro y el cual surge de ese desgaste que parece querer acabar con su amistad.
Finalmente, es necesario enfatizar que una de las principales virtudes de esta película es toda su propuesta de dirección, definida por una fotografía en blanco y negro que sigue con una cámara cercana, espontánea y nerviosa a sus personajes; y una puesta en escena intimista y realista, llena de credibilidad, en especial porque son actrices con la que la directora ya había hecho otros proyectos, en especial con su protagonista, Silvia Varón, quien coescribió el guion con Caudeli.
