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La década de 1860 fue una de las más trágicas y aciagas para los vinos del mundo. Una actividad histórica , boyante y feliz como la industria del vino en Europa sufrió en esta terrible década uno de los mas duros reveses que casi acaba con su añeja tradición. Resulta que con los adelantos tecnológicos del próspero siglo XIX el interminable viaje entre América y Europa que podía durar casi dos meses en 1.860 se redujo a escasos 10 días gracias a los vigorosos bergantines impulsados por vapor. Sin embargo este adelanto traía en sus bodegas la tragedia, pues al reducirse la cuarentena del material vegetal y animal intercambiado entre ambos continentes, las enfermedades de origen fitosanitario hicieron de las suyas en el viñedo europeo, para el caso que nos ocupa.
Nadie entendió al Presidente Thomas Jefferson cuando se lamentaba por la muerte de las parras traídas de Europa a su finca de Monticello, las cuales se marchitaban por una extraña enfermedad. Tiempo después se descubrió la existencia de un insecto homóptero, de origen norte americano, que ataca las vides y destruye las plantas desde la raíz, su nombre filoxera o Phyloxera Vastatrix. Este insecto tocó costas europeas en la década de 1.860 y para 1.863 ya campeaba a sus anchas por el viñedo francés, antes de 1.870 el 80% del viñedo galo había desaparecido.
El pánico cundió máxime cuando otras pestes se cernían sobre el viñedo mundial como el oídio (1.850), filoxera (1.863), mildiu (1.878), esta terrible conjunción estuvo a punto de borrar la vid del mapa de Europa. Muchas curas se plantearon para erradicar el mal el químico francés Paul Thénard utilizó una solución llamada bisulfito de carbono que resultó extremadamente tóxica para la philoxera (y las demás criaturas, incluido quien aplicaba la fórmula). La solución vino del profesor Gaston Bazille quien sugirió la posibilidad de que una vid francesa (vitis vinifera) “agarrara” la raiz de una vid americana (vitis riparia, vitis rupestris o vitis berlandieri) para reconstruir los viñedos era necesario injertar vides locales sobre portainjertos americanos, estos últimos tenían una madera mas dura y resistente al ataque del insecto, pero reducía de manera significativa la edad de la parra que antes de la tragedia podía alcanzar los 500 años.
La filoxera no llegó a España hasta 30 años después de su arribo a Francia, hacia 1.890, por lo que franceses y españoles vieron la enorme posibilidad de elaborar vino pasando los Pirineos en la región de La Rioja famosa desde épocas romanas por la calidad de sus vinos, fue asi como en 1.879 los hermanos Real Asúa fundaron la Compañía Vinícola del Norte de España (CVNE) nuetro invitado a a esta sección, creando uno de los vinos mas emblemáticos y tradicionales no solo de La Roja sino de toda España, presente en nuestro país a unos precios, de verdad, excepcionales.
Vino: CVNE Gran Reserva
Bodega: Compañía Vinícola del Norte de España (CVNE)
Uva: 85% Tempranillo; 10% Graciano; 5% Mazuelo
Año: 2017
Zona: La Rioja
País: España
Enóloga: María Larrea
Se puede guardar entre 15 y 20 años
Temperatura de Servicio: 17ºC
Importa: Juanbe S.A.
Alcohol: 13,5 % AbV
Perfil (la valoración es sobre 5)
Balance 4 estrellas
Largor 5 estrellas
Intensidad 4 estrellas
Complejidad 5 estrellas