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@WilsonVega
Editor de Abecediario.co
Como lo había anunciado, Facebook cambió los Términos de Uso y la política de privacidad de WhatsApp. En virtud de ese cambio, toda la información que WhatsApp tenga de sus usuarios se compartirá en adelante con Facebook, de la que es propiedad.
Más allá de algunos titulares escandalosos, cabe preguntarse si el usuario promedio entiende el impacto del cambio porque, en realidad, este solo afecta a quienes tienen WhatsApp pero no utilizan Facebook y en particular, Messenger.
Si usted ya tiene Facebook, debería saber que ya comparte con la red de Mark Zuckerberg una cantidad colosal de información asociada a su identidad. Se le denomina metadata y es básicamente información sobre su información: Puede que Facebook no lea sus mensajes -no lo hace y tampoco va a leer los de WhatsApp-, pero sin duda sabe con quién los intercambia, desde dónde, desde qué dispositivo, a qué hora y que tan menudo. Esta clase de datos, que usted entrega a cambio de usar la app, es el motor del modelo de negocios de Facebook.
El sitio 9to5Mac recogió los datos que recogen las principales apps de mensajería. Un servicio como iMessage, la app nativa de Apple, recoge su número de teléfono, su e-mail, su historial de búsquedas y el ID de su dispositivo. WhatsApp, por su parte, se queda con su número de teléfono, e-mail, ID de usuario y dispositivo, su historial de compra, su ubicación general, sus contactos, datos de diagnóstico, información de pago y soporte de cliente.
Eso nos lleva a Facebook Messenger, que recoge su nombre, número de teléfono, e-mail, dirección física, historial de compras, información financiera y crediticia y datos de sus contactos. Como WhatsApp, la app accede a su ubicación general pero, además, a su ubicación precisa.
No hemos terminado: Messenger tiene acceso a sus fotos y videos, a su contenido de gameplay, a su historial de búsquedas y de navegación, a datos de diagnóstico, historial de compras, datos de salud y fitness, servicio al cliente, performance, personalización de productos y, en una categoría con un nombre cuyo significado desconozco pero que basta para ponerme nervioso, a ‘Información Sensible’.
Aclaremos, toda esta información se recoge en virtud de términos de servicios aceptados por cada usuario, y mucha es esencial para que el servicio funcione de manera fluida, pero no cabe duda de que es apenas deseable que dichos usuarios entiendan el acceso masivo que están dando a estas empresas para que recojan sus datos y los usen con fines de lucro.
Especial mención se merece Signal, un servicio de mensajería sencillo y eficiente que no almacena ningún dato distinto al número telefónico y no hace ningún esfuerzo por asociarlo a la identidad del usuario.