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Verdades obvias: “La carga más preciada”, de Michel Hazanavicius

hace 4 horas
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  • Verdades obvias: “La carga más preciada”, de Michel Hazanavicius
  • Verdades obvias: “La carga más preciada”, de Michel Hazanavicius

Escribí hace poco más de un año en esta misma columna, cuando hice la crítica sobre Zona de interés, que teníamos un serio problema. Lo recordé el fin de semana pasado, con el reportaje que apareció en el programa periodístico Los informantes sobre Samuel Gutman, el último sobreviviente del Holocausto que queda en Colombia.

Y es que, como en redes sociales se pueden hacer todo tipo de afirmaciones sin fundamento ni criterio, y no hay un filtro que controle si algo es falso o al menos una mera opinión sesgada, estamos viendo crecer a una generación que piensa que el Holocausto no ocurrió. Lo dice con desasosiego y con una voz que viene más allá de la muerte el enorme Jean-Louis Trintignant, que hace de narrador en La carga más preciada, la película de animación dirigida por Michel Hazanavicius que fue selección oficial de Cannes y que estrenaron en Colombia esta semana.

Que Trintignant haya alcanzado a hacer la voz que comenta la trama, teniendo en cuenta que murió en 2022, sólo demuestra todo lo que tarda en terminarse una película de animación desde que es concebida y, en este caso, desde que Hazanavicius aceptó adaptar la novela corta de Jean-Claude Grumberg.

El primer acierto de su acercamiento es el estilo de línea de dibujo, que siendo realista no teme a la exageración de ciertos rasgos físicos de los personajes (como la corpulencia del leñador protagonista) ni a hacer énfasis en las líneas de expresión de los rostros, con un trazo más grueso de lo que se acostumbra, inspirado en los grabados japoneses.

Junto con el esmerado detallismo en la recreación de los paisajes (miren las hojas de los árboles en el bosque, cuando llega la primavera, o la recreación de la estación de tren al final) que Hazanavicius toma de las ilustraciones de Henri Rivière, la película consigue una estética propia que permite sumergirnos con todos los sentidos en una historia dura y cruenta: un bebé es lanzado desde un tren en movimiento y recogido por la mujer de un leñador que había rogado a los dioses desde hace tiempos por un hijo.

Más que el acto de caridad de la mujer, lo más importante que narra La carga más preciada es el cambio de pensamiento que vive el leñador, pues al igual que ocurre ahora con muchos pueblos, el crimen contra los judíos pudo cometerse porque aquellos que se benefician de las tragedias habían sembrado el desprecio entre la gente, llenando de odio a las personas al usar leyendas terribles que hoy llamaríamos fake news. Leyéndola como una fábula, tal vez la lección más importante de la historia es recordarnos que todos tenemos corazón, es decir, que incluso a esos que decimos odiar, porque así nos lo han inculcado, son humanos. Tan humanos como nosotros, tan personas merecedoras de derechos y de dignidad como cualquiera. Puede que parezca una obviedad, pero repito, en tiempos recios como los que vivimos, donde las certezas equivocadas se toman al mundo, hay verdades que debemos repetir una y otra vez, hasta que volvamos a aprenderlas.

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