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wilson vega
@Wilson Vega
Editor de Abecediario.co
Todo comenzó como un rumor: especialistas en adelantar las novedades de la industria comenzaron, la segunda quincena de noviembre, a especular con una idea que para muchos sonaba imposible. Para muchos, aún lo suena.
Según esos rumores, Samsung no lanzaría en 2021 un sucesor a su Galaxy Note 20, lo que de ser cierto marcaría el fin de una década de lanzamientos que conformaban el uno-dos de la compañía: un smartphone de la línea S en enero o febrero y un Note en julio o agosto.
La movida, asegura el rumor, busca extender a la línea S el soporte para S-Pen, el lápiz inteligente de la firma, así como centrar los esfuerzos para conquistar a usuarios de alta gama en su naciente línea de plegables, que conforman el Z Flip y el Galaxy Fold.
De nuevo, se trata de rumores. Esta semana se indicó que no, que lo más probable es que Samsung sí lance un Note 21, pero en un solo modelo, como una carta de despedida de la línea en su décimo aniversario.
A la larga, no importa: el episodio, y las reacciones que ha suscitado, hablan de la influencia que ha tenido esta línea particular en la industria de los smartphones, una influencia que no puede ser sobreestimada y que, por tanto, hace irrelevante, si se llega a dar, su desaparición.
Un poco de contexto: cuando se lanzó, en octubre de 2011, el Galaxy Note era todo lo contrario a lo que la industria esperaba. Para empezar, era más grande. No para los estándares de hoy, claro, pero con 5,3 pulgadas en su pantalla era un gigante -casi 50 % más grande que el iPhone 4S- en una época en que en materia de celulares se suponía que, a más moderno, más pequeño.
Además, tenía un lápiz. ¡Un lápiz! Del otro lado de la industria, Steve Jobs se permitió burlarse diciendo: “¿Quién quiere un lápiz?”. La todavía joven twittersfera se mofaba del tamaño del aparato.
Y luego el Galaxy Note vendió un millón de unidades en dos meses.
Es por eso que, sin importar si es usuario de Android o de iOS, el celular que tiene en el bolsillo, o en la mano, en estos momentos es descendiente del primer Note. Llevar la experiencia del S-Pen a otros celulares tiene sentido y también lo tiene retirarlo para que los noters, la comunidad de usuarios que ha mantenido viva la leyenda de la serie, consigan la innovación que desean, y que acostumbran a pagar, en otro lado, tal vez en celulares plegables, o deslizables.
Y así Samsung podrá mantener su tradición de marcar el camino de la industria con innovación, no con guiños nostálgicos a lo que fue sino con apuestas osadas por lo que será.