Pico y Placa Medellín
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Diego Londoño
@Elfanfatal
Cuenta la leyenda que en una población en el departamento de La Guajira se realizó una de las batallas musicales más recordadas de la región. De un lado y del otro, gente descalza, con camisas abiertas, sombreros vueltiaos y esperando el golpe del contrincante. Una rebelión de voces pedía valentía, pedía canciones con sabor a vallenato, con sabor a duelo por el honor. Empezó la batalla, el tira y afloje, la burla y el virtuosismo, hasta que a uno de ellos, le cayó la gota fría.
La historia de La gota fría es la muestra incuestionable del insondable legado musical que tenemos en Colombia. Esta canción está mucho más allá de la voz de Carlos Vives y de las múltiples versiones en todas las voces y géneros; de la fiesta de parranda, del acordeón imperioso en la algarabía o en la soledad; de la historia de juglares colombianos y de ser un clásico imprescindible; más allá de ser una simple canción que se convirtió en un himno.
La gota fría es un poema risueño, una burla colectiva, un reto alentador y, más allá de una canción, y una pieza maestra del vallenato narrativo, es una historia maravillosa que merece permanecer en el tiempo.
Gracias al juglar vallenato, las canciones se cantaban en un pueblo y llegaban a otro en forma de pregunta, que era contestada y devuelta con armonía, melodía e historia. En municipios, pueblitos, veredas, informaban de la canción que llegaría y así se formaban las famosas piquerias, que eran los duelos cantados entre varios juglares, que contaban solo con la inteligencia y la disposición natural del desafío para responder en cuartetas o décimas.
Así que La gota fría fue una batalla musical, por la rivalidad artística y popular entre Lorenzo Morales y Emiliano Zuleta. Zuleta retó a un duelo musical a Lorenzo Morales, de pueblo a pueblo, pues ambos querían disputarse el título de mejor acordeonero del país. El duelo se llevó a cabo en la población de Urumita. Los dos eran destacados compositores e intérpretes, pero Zuleta comenzó siendo aclamado por el público. Esa presión de los aplausos y la algarabía, sumado a la mirada atenta de todos los habitantes del pueblo, le jugó una mala pasada a Morales, quien decidió retirarse de la batalla diciendo que sufría de un malestar. Por no cumplir con las respuestas, las canciones y la palabra cantada, Zuleta le compuso La gota fría, canción que dejaba a Moralito en ridículo en toda la región.
Este encuentro y desencuentro, esta rivalidad e historia, construyeron una de las páginas más célebres en la memoria del género vallenato.
Acordate Moralito de aquel día en que te fuiste de Urumita y no quisiste hacer parranda. Te fuiste de mañanita, sería de la misma rabia. Me lleva él o me lo llevo yo, pa’ que se acabe la vaina. Qué cultura, qué cultura va a tener, un indio chumeca como Lorenzo Morales, qué cultura va a tener, si nació en los cardonales.
La canción llegó lejos, superó la misma épica batalla vallenata y se convirtió en un himno de fiesta y parranda, no solo en Colombia, sino en muchos países del mundo. Ha sido interpretada por Carlos Vives, Guillermo Buitrago, El Doble Poder, El Binomio de Oro, Grupo Niche e incluso por Julio Iglesias.
A pesar de haber sido una tema que los separaba a un lado y al otro, el vencedor y el eterno perdedor, esta rivalidad terminó pocos años después y se hicieron grandes amigos hasta la muerte de Zuleta en 2005. Ahora, los dos, Zuleta y Morales juntos, están en una piqueria eterna en el más allá, donde los acordeones suenan por siempre y donde los duelos no son más que alegrías musicales entre dos amigos cantantes.