Pico y Placa Medellín
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Hace más de 40 años cuando se decidió construir otro aeropuerto para Medellín una de las soluciones era el Llano de Ovejas, en el municipio de San Pedro. Fue descartada por las condiciones meteorológicas: hay neblina en las mañanas, en las tardes y en las noches, prácticamente el aeropuerto solo operaría desde las 9 de la mañana hasta las cuatro o cinco de la tarde. El informe tiene que estar en alguna biblioteca, para que repetirlo y gastar dinero en ese tema.
Pero el problema es la carretera Medellín-San Pedro, los vecinos de este último municipio le decimos carretera por puro cariño, porque no cumple ninguna especificación técnica para merecer el nombre. Entre San Cristóbal y San Félix tiene cuatro hundimientos, de 200 metros de longitud cada uno, que han persistido desde hace más de 30 años. Tiene desniveles, pavimento fracturado, huecos, no tiene señalización horizontal ni vertical, la maleza de las bermas y taludes impide la visibilidad.
Ningún gobernador ni ningún alcalde (hay un tramo en Medellín) le ha puesto cuidado. Es la única carretera que tiene peaje desde 1997, que ha pagado la repavimentación por valorización dos veces y hoy está peor que antes. En San Pedro sabemos que anualmente se llevan entre 18 mil y 20 mil millones de pesos del peaje, (dato de la Contraloría) lo que no sabemos es para donde se los llevan.
¡Claro que nos sentimos indignados!, al no usarse los recursos en nuestra carretera terminamos sometidos a un impuesto. No es un peaje, es un impuesto de carreteras, y somos el único municipio de Antioquia y probablemente el único del país que tiene que pagarlo. Podría ser la carretera más hermosa en el paisaje más esplendoroso, para convertirse en generadora de ingresos de turismo, de industria y de comercio, pero no, tal vez es demasiado soñar.
