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Cuando elegimos presidente en Colombia, parece que elegimos a uno con licencia 009, con permiso para acabar con todo lo que funciona bien y sin que nadie pueda detenerlo. Eso es el Sr. Petro, pues está acabando con el sistema de salud, con Ecopetrol, con la CREG, con la economía y quiere acabar con ISA, con la Constitución, con todo lo que a él le parezca que no está bien, con el país. Se guarda la esperanza de que el Sr. Petro se abra al diálogo y acepte puntos de vista diferentes para bien del país.
Tiempo perdido, pues si no se acepta el punto de vista del Sr. Petro, no hay acuerdo. Su naturaleza intrínseca es destruir todo lo que no le parece y él está convencido que lo hace por bien. Y lo peor es que parece que no hay quien lo detenga pues los usuarios de las EPS somos pasivos y no reaccionamos, el Senado se rinde ante la mermelada, las entidades encargadas de investigar presuntos dineros ilegales en su campaña apenas han comenzado las investigaciones, la corrupción campea por todas las áreas del gobierno y así, con nuestra pasividad y las investigaciones a paso de tortuga ¿quién podrá salvar a Colombia de la debacle a que nos está conduciendo el mandatario?
Creo que ya es hora de que los ciudadanos, el sector productivo, los transportadores, la prensa, los políticos honestos y en general todos los que no estamos de acuerdo con el manejo del país, nos unamos y sentemos nuestra inconformidad de manera fuerte y contundente con acciones que lleven, no a un golpe de estado, sino a que el mandatario respete a la ciudadanía, respete las instituciones, respete la Constitución, se rodee de gente competente y que se dedique a trabajar con orden y coherencia y no con el despelote actual, y sino ¡Que renuncie!
