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Cien cuyes

Pensar en la muerte es pensar en vivir. A veces, basta querer muchísimo a alguien, o a uno mismo, para pensar que morir, cuando se quiera, es también una opción.

23 de junio de 2023
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  • Cien cuyes

Por Diego Aristizábal Múnera - desdeelcuarto@gmail.com

Solemos ser tan solemnes para hablar de la muerte, que muchas veces no queda más remedio que seguir viviendo baja la absurda idea de la eternidad. Si alguien habla de la muerte en el almuerzo familiar, lo más probable es que sea catalogado como ave de mal agüero, alguien dirá que la muerte no debe llamarse porque entonces viene, como si esa parca, flaca y huesuda, tuviera sobre todo orejas, como si en un almuerzo familiar ella no pudiera sentarse y participar de eso que simplemente ocurre y ya, y no hay que aceptarla en silencio. Por hablar de la muerte no nos vamos a morir, digo yo.

Recién leí Cien cuyes, del escritor peruano Gustavo Rodríguez, una novela que le quita la solemnidad a la muerte, a la vejez, a la muerte digna, y lo hace de una forma tan bonita y graciosa, que dan ganas de ponerle orden al asunto, organizarla bien, en todos los sentidos, porque pensar en la muerte es una forma linda de celebrar la vida.

¿Han pensado en cómo les gustaría morir? ¿Han imaginado qué canción sería la última que quisieran escuchar mientras mueren o cuál desearían que los vivos pusieran para que recuerden al muerto? ¿Deberíamos hablar de la muerte con la misma naturalidad con que hablamos del nacimiento? ¿Cuáles son los miedos que tenemos ante la muerte? ¿Cuál sería la última imagen con la cual quisieran quedarse antes de morir? ¿Serían cómplices de una muerte asistida, o para ponerlo en términos de la novela, cuidarían a alguien hasta el último suspiro? Si tener la información a tiempo es la clave para decidir la longitud de una película... y también la de una vida ¿les gustaría tener la información a tiempo?

Se vale pensar en la muerte sin que eso te haga un pesimista ante la vida; al contrario, en la medida que más familiarizados estemos con la muerte, hagamos más chistes de ella y sobre ella, creo yo, viviremos con cierta liviandad, no nos despediríamos de alguien como si diéramos por hecho que nos volveremos a ver. Pensar en la muerte es pensar en vivir, repito. Ahora, como lo expresa muy bien uno de los personajes de la novela, “llegas a una edad en la que te preocupa cómo serán tus últimos días. La muerte ya no es una idea difusa, es una posibilidad real”, ¿qué hacer entonces, dejarla que llegue cuando le dé la gana o actuar porque pensar en la propia muerte también es una gran opción? “Aquí los pollos tienen una mejor muerte que los humanos”, dice Jack.

¿Si uno ayuda a morir a alguien es un asesino? ¿Es pecado matar a alguien si el único beneficiado es el fallecido? A veces, bastan diez cuyes para empezar un negocio; a veces, basta querer muchísimo a alguien, o a uno mismo, para pensar que morir, cuando se quiera, es también una opción.

Coletilla: El martes 27 de junio, a las 6:00 p. m., el escritor portugués, Afonso Cruz estará dando una charla sobre lo que para él es o debería ser una biblioteca en estos tiempos recios. El encuentro será en la Biblioteca Héctor González Mejía, del Club Comfenalco La Playa. Aprovechemos estos espacios mientras las bibliotecas estén vivas, luego para qué.

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