Inicialmente en Santoral trabajaban solo hombres, pero luego decidieron incluir a las mujeres. Y ahora el equipo es conformado en su totalidad por 10 mujeres privadas de la libertad. La idea más adelante es incorporar a estas labores a más personas, pero por la pandemia y sus restricciones esto no se ha podido llevar a cabo.
“En la cárcel encontramos artistas. Cada artículo (rosario, pulsera, medalla o denario) es pintada, diseñada y transformada a mano por personas que están pagando alguna condena, lo que hace que cada pieza sea única. Apoyar las segundas oportunidades nos ha permitido aportarle al país desde un ámbito económico, pero también social”, expresó Castañeda.
Santoral fue fundado por Castañeda y su esposa, Andrea Sánchez. Según ella, aparte de estas personas recibir un pago por su trabajo, rebajan su condena por asistir al taller y laborar.
“Por cada ocho horas de trabajo redimen ocho horas de pena. Ayudar a cambiar la mentalidad de las personas es una de nuestras motivaciones”, anotó Sánchez.
El sueño de una tienda
Por ahora, los productos de la empresa son exhibidos a través de Instagram y Facebook. Pero el objetivo de estos dos empresarios es abrir, en un futuro cercano, su propio punto de venta físico.
Los principales clientes de Santoral son los almacenes religiosos, iglesias, seminarios o santuarios. Sin embargo, la idea es ir más allá de esos clientes, puerta a puerta.
“Identificamos nuestro público objetivo y no solo son personas mayores. También hay jóvenes a los que, de alguna manera, les gusta adquirir un accesorio como una camándula, un denario, un prendedor, que les ayude a profundizar su fe. Por eso tenemos que renovarnos y proyectarnos más”, anotó Sánchez.
Salir del país y visibilizarse
La creatividad y la innovación son los puntos fuertes que tiene la empresa, según sus fundadores. Y aunque para ellos la competencia en el mercado ha sido bastante fuerte, su diferencial es la historia que hay detrás de cada artículo o accesorio que elaboran.
Por eso, entre sus metas más ambiciosas está vender sus productos en el exterior. “Queremos salir del país. Ojalá fuera a corto a plazo pero aún tenemos que capacitarnos y organizarnos mejor. Queremos capitalizar la empresa con lo mismo que vamos trabajando”, apuntó Castañeda.
Por otra parte, el aumento de los precios de las materias primas y la crisis que han presentado muchas importaciones no ha sido un asunto ajeno a Santoral Sagrado.
Según Castañeda, casi todos los materiales que necesitan para la fabricación de los accesorios son importados. “La pedrería la traemos de China. Las camándulas que hacemos las mandamos a cubrir de oro y este subió mucho. La resina también aumentó mucho de precio”, comentó.
Precisamente, esa alza en los precios hizo que la empresa tuviera que adquirir una deuda de unos $25 millones para sostenerse durante la pandemia.
Así, la meta para este año es pagar esas deudas y cerrar el 2021 con ventas aproximadas de $50 millones.
“Yo me sentaba a hablar con mi esposa y nos preguntábamos hacia dónde queríamos llegar con la empresa y la conclusión es que queremos visibilizar cada historia que está detrás de los productos que elaboramos. Que la gente se dé cuenta que esas manos que en el pasado hicieron algo malo pueden hacer objetos tan divinos como un rosario”, concluyó Castañeda