Para New York Community Bancorp y el banco japonés Aozora Bank, el dolor de cabeza apenas está empezando y podría ser más fuerte en los meses que vienen.
El medio especializado recordó cómo la semana pasada el New York Community Bancorp resolvió recortar sus dividendos y acumular reservas, lo cual le costó una caída récord de 38% en sus acciones.
Pero eso no fue todo, el jueves las acciones de la firma alcanzaron su valor más bajo en 23 años.
En el caso del asiático Aozora la caída fue del 20%, una vez dio a conocer pérdidas en el segmento inmobiliario en Estados Unidos. De la misma manera, el Deutsche Bank vaticinó cifras rojas en ese negocio.
Entre los hechos que han conducido a este escenario están el auge del teletrabajo que se dio tras la pandemia y las altas tasas de interés en el mundo durante los últimos años, cuyo impacto sintió con más fuerza el mercado de las oficinas.
Datos de JP Morgan Chase dicen que los préstamos inmobiliarios comerciales representan poco más de la cuarta parte de los activos en los bancos pequeños (28,7%), y un 6,5% en grandes prestamistas.
Según Desmond Lachman, ex Subdirector del Departamento de Desarrollo y Revisión de Políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI), Brookfield o Blackstone, grandes inversionistas inmobiliarios, ya han comenzado a abandonar sus hipotecas, lo cual da fuertes señales de que propietarios de inmuebles comerciales estarían incumpliendo sus pagos, lo que a la larga golpearía a bancos pequeños y medianos.
Aún peor, el gran temor es que los impagos puedan derivar en una crisis bancaria.