En la época decembrina es común ver una gran cantidad de chivas rumberas movilizándose por la ciudad incluso en días entre semana. Ante el incremento de este tipo de actividad durante el fin de año, la Personería Distrital de Medellín identificó múltiples riesgos relacionados tanto en su estructura como en su servicio.
Entre los principales problemas están las fallas mecánicas, consumo excesivo de alcohol, presencia de menores y afectaciones a la convivencia en zonas residenciales.
Durante recorridos en sectores como Laureles y la Avenida Centenario, se observaron pasajeros exhibiéndose fuera de los vehículos y comportamientos inadecuados, que ponen en riesgo a los ocupantes y a los transeúntes. Además, los residentes han denunciado ruido excesivo en horas de la madrugada por el alto volumen en la música de las chivas.
La Personería también señaló deficiencias en el mantenimiento de los vehículos, incumpliendo las normativas de emisiones y generando mayor contaminación del aire. A esto se suma el consumo desmedido de alcohol a bordo y la eventual presencia de menores de edad.
Este organismo ha solicitado a las autoridades implementar medidas como operativos de control técnico y de permisos, regulación de los recorridos por zonas residenciales y la aplicación de sanciones por exceso de ruido y consumo de alcohol. También enfatizó en la necesidad de garantizar la seguridad vial y la calidad del servicio prestado por estos vehículos.
Incluso, en lo que va del año, se han presentado ya tres muertos y 47 lesionados en estos recorridos de chivas rumberas en el Valle de Aburrá.
Ante los controles que se realizan para las chivas rumberas, el secretario de Movilidad de Medellín, Mateo González, señaló que “nosotros lo que hacemos es que validamos que el conductor tenga licencia, Soat, técnico-mecánica y adicional a eso le hacemos prueba de embriaguez al conductor. Estas son las acciones de control que nosotros venimos realizando para garantizar que el vehículo tenga unas condiciones de seguridad”.