Hace algunos días, las redes sociales se enternecieron con la reacción de los usuarios del metro que llegaron tarde a su trabajo porque la empresa suspendió un rato las operaciones para rescatar a un perro que estaba caminando sobre la vía férrea. “Lo perdonamos”, dijeron muchos en sus mensajes, acompañados de videos y fotos.
En otras ocasiones, en este sistema de transporte masivo se han presentado percances técnicos, fallas más serias o incidentes con personas que se quitan la vida en estaciones, lo que también implica que se frene o retrase el servicio y muchos usuarios se vean afectados.
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Pero, entre todas estas situaciones hay una que también genera retrasos en el sistema y que es simplemente una irresponsabilidad que algunas personas siguen cometiendo, pese a los múltiples llamados del Metro de Medellín para que se abstengan de hacerlo: pulsar el botón rojo de emergencias sin ninguna necesidad.
Desde la empresa volvieron a hacer las recomendaciones a los usuarios sobre el uso adecuado de este botón de emergencia, que en todo 2023 fue activado 14.364 veces, de las cuales 5.593 fueron injustificadas. Es decir, en el 37% de los casos no había necesidad de oprimirlo.
Este uso injustificado de ese dispositivo ocasionó perjuicios a miles de usuarios porque la operación del sistema se vio afectada, recordaron también desde el Metro. Cuando se activa el botón rojo se ocasiona un “efecto dominó” en el funcionamiento del sistema.
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La cadena comienza con la afectación a los trenes en ambas vías, no solamente se perjudica el del botón en cuestión. Entonces, esto lleva a que se presenten problemas por la carga de usuarios, que las plataformas tengan mayor aglomeración y se imposibilite el ingreso a las estaciones, pues el personal del Metro debe ponerse a trabajar para atender o descartar la emergencia. Y hasta que no lo hagan, el tren no puede continuar la marcha y, por ende, los demás trenes deben regular su velocidad o quedarse detenidos.