Las paredes de la Institución Educativa La Milagrosa, en la comuna 8, gritaron ayer al barrio y la ciudad lo que desde septiembre pasado los docentes y estudiantes soportaron en silencio.
Al menos 1.700 estudiantes han perdido prácticamente todo este año escolar por un conflicto de clima laboral que la Secretaría de Educación conoció desde el principio y que dejó escalar hasta convertirlo en una grave situación, con amenazas de por medio.
Lo que cuentan los docentes es que ante una serie de determinaciones que tomó el rector de la institución desde el año pasado, que consideraron lesivas contra su bienestar y el correcto desarrollo de la institución, solicitaron a la jefatura de núcleo una intervención con el fin de solucionar las diferencias. La respuesta del rector fue asignarles a los profes que adelantaron esta solicitud horarios y carga laboral que atentaron contra la estabilidad familiar, de salud y su formación académica.
Lo que vino después, según el testimonio de los docentes, fue una campaña de hostigamiento psicológico que convirtió el día a día de los educadores en un infierno. Dicen que el rector los empezó a abordar en los pasillos donde les decía, sin mediar aviso, que iban para la jornada contraria. A los de provisionalidad los intimidaba con su situación contractual y quien pedía explicaciones recibía como respuesta “si no le gusta, pida traslado”.
El rector, cuentan, llegó a tal nivel que diseñó una estrategia para consultar a los docentes qué horario se acomodaba mejor a su situación personal y profesional y utilizó esa información para asignarles el horario adverso al solicitado.
La situación llevó a que 16 educadores, agobiados por el acoso y persecución, solicitaran a la Secretaría de Educación su traslado, pero solo ocho fueron escuchados. Los estudiantes decidieron pronunciarse y salieron a paro para sentar una posición sobre los impactos que causaron las decisiones y el diseño administrativo adelantados por el rector contra el correcto desarrollo de su formación académica.
Con el ambiente ya completamente tenso empezaron a llegar las amenazas. Primero fue un mensaje a dos profesores a quienes les ordenaron difundir la intimidación entre el profesorado.
Luego las amenazas se endurecieron más y tuvieron destinatarios directos; un profesor y una coordinadora a quienes aterrorizaron con mensajes violentos y racistas.
El lunes pasado, la Secretaría convocó una reunión de clima laboral en la cual participaron tres profes en vocería del cuerpo docente. El jueves llegó otra amenaza contra los tres en los que les aseguraban que ya estaba claro quiénes eran los profesores que lideraban las revueltas y que “rodarían cabezas”.
Sin embargo, pese a la zozobra, los profesores decidieron no parar su labor y poner las amenazas en manos de la Fiscalía.
Ayer, mientras la Asociación Sindical de Educadores de Medellín redactaba un comunicado en el que responsabilizaba a la Secretaría de Educación por permitir que un conflicto de clima laboral desencadenara en semejante lío, un coordinador de la institución sufrió una crisis cardiovascular causada por sobrecarga laboral.